Se buscan 20.000 dólares para esclarecer una señal extraterrestre
La historia detrás de la famosa señal extraterreste conocida por la exclamación ‘Wow!’ tiene una cualidad misteriosa que ha inspirado un sinnúmero de encuentros con extraterrestres en la ciencia ficción. Sin embargo, su autenticidad como procedente de una ‘inteligencia extraterrestre’ ha sido cuestionada desde aquella noche de fábula el 15 de agosto de 1977 a 03.16 GMT, cuando el astrónomo Jerry Ehman usaba el gran radiotelescopio de la Universidad Estatal de Ohio para barrer los cielos en busca de señales que se pudieran haber originado en una civilización extraterrestre.
Esa noche, Ehman encontró algo. Y desde esa noche, los astrónomos han estado tratando de averiguar lo que significa. Mientras apuntaba en la dirección de tres sistemas estelares llamados Chi Sagittarii, en la constelación de Sagitario, el radiotelescopio detectó una ráfaga de ondas de radio de 72 segundos, una señal mucho más fuerte que el ruido de fondo. En la impresión del ordenador del observatorio, Ehman glosó el registro de la explosión con la anotación ‘Wow!’.
Este entusiasmo no era una exageración, era el tipo de señal que estaba buscando, el tipo de señal que los astrónomos creen que una civilización extraterrestre tecnológicamente capaz produciría.
La impresión del ‘Big Ear’, el sobrenombre del radiotelescopio de la Universidad Estatal de Ohio, contiene un montón de números y letras al azar, aparentemente, pero Ehman acotó con un bolígrafo rojo un racimo de dígitos «6EQUJ5» con otros círculos en torno a un «6» y «7» en columnas separadas. Este código particular primero utiliza los números 1-9 y luego el alfabeto de la A-Z para denotar intensidad de la señal. Como sugiere el estallido, la intensidad de la señal alcanzó «6» y luego estalló a través de las letras alcanzando un pico de «U» antes volver de nuevo en la escala numérica al «5.» Hubo entonces una ligera onda de salida de la señal principal (rodeados con un círculo el «6» y «7»).
Sin embargo, desde ese día en 1977, una detección de una señal de esa fortaleza no se ha repetido. Incluso después de que el Instituto SETI se fundara en 1984, y se realizasen innumerables esfuerzos para encontrar otro estallido de señal de radio similar, los astrónomos se han enfrentado con el silencio en el cosmos; un problema que sólo ha servido para intensificar el malestar de la Paradoja de Fermi.
Ahora, Antonio París, del Colegio San Petersburgo, Florida, ex analista del Departamento de Defensa de Estados Unidos, espera resolver el misterio y sospecha que un fenómeno cósmico completamente diferente es el culpable, informa The Guardian.
En una entrevista con TheGuardian.com, París dice que ha buscado en los archivos otra posible explicación para la señal ‘Wow!’, y localizó dos cometas «sospechosos» que pueden haber estado en las inmediaciones de Chi Sagittarii el 15 de agosto de 1977. Curiosamente, estos cometas, llamados 266P/Christensen y 335/Gibbs, fueron descubiertos en 2006 y 2008, por lo que no fueron considerados como posibles causas de la señal en el año 1977, ya que nadie sabía de su existencia.
La señal ‘Wow!’ se registró en la banda de radiofrecuencia 1420MHz. Lo que pasa es que el hidrógeno neutro cósmico irradia de forma natural a esta frecuencia, por lo que es una señal de abundancia que se utiliza comúnmente en la astronomía. Estas frecuencias podrían ser las elegidas por una civilización extraterrestre que quisiera entrar en contacto con otras alejadas en el cosmos.
El problema es, sin embargo, que los cometas contienen grandes cantidades de hidrógeno en sus atmósferas, y el paso de cometas a través del campo de visión del radiotelescopio aquella noche de 1977 pudo provocar la señal.
En 2017, el cometa 266P volverá a orbitar en frente de Chi Sagittarii y el cometa 335P lo hará el año siguiente y París quiere poner a prueba esta hipótesis. Por desgracia, los radiotelescopios existentes ya están reservados, por lo que tiene que comprar o construir su propia antena de radio para presenciar el momento. Ha abierto una campaña de crowdfunding para recaudar 20.000 dólares y resolver de una vez este misterio.
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