El legado de Nujabes.
Nujabes era un compositor japonés, músico, arreglista, DJ, tocaba más de una decena de instrumentos, un genio contemporáneo de la música que nos dejó hace seis años en un accidente automovilístico, y digo «dejó» no por un capricho metafórico sino por que su ausencia por más absurdo que les parezca aún la siento vigente en mí, en el pensamiento, en el sentimiento y vaya a saber donde más, y digo «nos» por que sé que hay bastante gente compadeciéndose en las madrugadas solitarias escuchando aún a Nujabes, amenizando su melancolía en cualquier rincón del mundo, dejándose llevar con los ojos cerrados hasta donde sea que la suave melodía los conduzca, algunos tratando de expiar algún sentimiento estancado como yo y otros haciendo totalmente lo contrario, ensalzando una sensación reconfortante, disfrutándose en la existencia… Su partida me ha dejado con un anhelo incompleto, con ganas de encontrar alguna fe que pueda rescatarlo del vacío, una tragedia que embelleció todavía más cada una de sus creaciones pero que deja un hueco tan inmenso en la música que no hay un hubiera en cualquiera de sus suposiciones que le rindiera un tributo suficiente (no exagero ni un poco), como los amores platónicos también existen las ausencias platónicas, huecos utópicos, imposibles de volver a llenar.
Jun Seba fue su verdadero nombre y su pseudónimo Nujabes es un anagrama de éste mismo, nació en Tokyo en 1974 y murió a los treinta y seis años aplastado por otro carro que invadió el carril contrario, de carácter tímido, de imaginación hiperactiva, yo lo conocí viendo un animé llamado «samurai Champloo» otra obra de arte contemporánea ingeniosamente musicalizada por Jun Seba, literalmente perdía los cabales de adolescente, el concepto que mezclaron se salía fuera de toda previa creación animada que hubiera visto y la música no sólo era un acompañamiento que iba cambiando al ritmo de la escena sino que formaba una parte fundamental de la trama. Me enamoré, sabía que esto era importante, diferente, y que eventualmente me ayudaría a salvarme de mí mismo. Su música pareciera una línea de contrastes simples que interactúan progresivamente entre sí, que se repiten, música de elevador alguna vez le escuche decir a mi madre cuando la ponía precisamente para perderme dentro de mí con su hipnosis poética, no sólo tenía influencias de electrónica, de jazz, de blues, de hip-hop él tomaba estos géneros y los reinventaba con hermosa sencillez y ese primer plano que se concibe a primera impresión va desarrollando una complejidad adictiva a medida que se le va escuchando, esa música nos posee lentamente, primero secretamente; se le goza a solas, yo he tenido las conciliaciones más sorpresivas mirando por la ventana de un camión en un largo viaje y escuchando «counting stars» o «aruarian dance». Después para amenizar cualquier situación que se nos ocurra, la necesidad de contagiar a los demás con este ritmo se vuelve obsesiva, y eso es todo… lo demás se da con naturalidad, llevo seis años pasando los mismos cinco discos a todos los dispositivos que voy destrozando y cada vez que sale una canción en la reproducción aleatoria es casi imposible no dejarla fluir, a menos claro que se esté en una sintonía más agitada o destructiva, ahora a éstas alturas escuchar a nujabes a las tres de la mañana en una borrachera se vuelve todo un espectáculo, una catarsis momentánea, por mi parte últimamente he tenido problemas para desahogarme pero si escucho «flowers» a esa hora lloraré silenciosamente sin poder evitarlo, como niño, haciendo un espectáculo de mí mismo con la mirada perdida en alguna silueta que prefiere bailar en vez de atormentarse, todo funciona mucho mejor si hay luz tenue y repito, una cantidad considerable de licor, desconozco si se trate de alguna asociación olvidada, un recuerdo reprimido del cual sólo sobrevive un sentimiento, a mí me gusta creer que su música cura, lo ha hecho en mí a través de estos años incluso después de haber muerto y es por eso mismo que hago este escrito, esperando que éstas canciones sean lo que ustedes anden buscando, para que lo escuchen, para que lo disfruten, compartan, y el legado de esta persona sea conocido y perdure… Es lo mínimo que gente como yo puede hacer por él en agradecimiento.
Es difícil ponerles algo por que hay joyas escondidas en todos sus discos, algunas se quedan con facilidad y otras hay que descubrirlas con paciencia, pero allí están, esperando para impregnarse en algún instante, junto con algún pensamiento cundo menos se lo espera. Aquí les dejo un disco que ha sido muy importante no sólo para mí, hay mucha gente entusiasta de estos ritmos por el trasfondo inmortal que nos dejó Nujabes, una conciliación secreta que nos habla diferente a todos.
https://youtu.be/7xZY8VJHqU4
Armando Castillo