En el marco esplendoroso que sin duda ofrece el Palacio de los Deportes, se presentaron dos grandes mujeres exponentes del rock dentro de su época, Shirley Manson y Debbie Harry, vocalistas de Garbage y Blondie, para darle cierre a la gran gira; Rage and Rapture tour.

La velada la comenzó Garbage con su nuevo sencillo No Horses, el sonido propuesto en sus últimos trabajos, resulta algo atractivo para el oído y mucho más en vivo, las guitarras pesadas, el retumbar de la batería de Vig, revitalizan a sus fans. Para la llegada de sus grandes éxitos, el público estaba más que preparado, primero apareció “I Think I’m Paranoid” seguido por “Cherry Lips (Go Baby Go!)” el sonido pulcro, grave, agresivo patentado y con sello de garantía de Butch, junto con la impecable interpretación y energía de Shirley hicieron vibrar a la audiencia. Las interpretaciones de todo el set fueron impecables y es agradable ser testigo que la voz de Manson no ha perdido ningún decibel desgarrador característico y lo demostró en The World is not Enough. Para el final las piezas escogidas fueron Push It y Vow que dejaron a los asistentes ávidos de más música y dejar la mesa puesta a Blondie.

Debbie Harry y compañía regresaron a México para la promoción de su nuevo disco Pollinator, por lo que la mayoría esperábamos un set repleto de este álbum, pero resultó tan sorpresivo como toda su actuación. One way or Another, hizo sendero para una noche mágica a sus fans, recordando grandes éxitos cómo Hanging on the Telephone, Call Me y Rapture. Aunque las limitaciones de la avanzada edad de Debbie, no fueron impedimento para deleitar al público con su carisma y voz que aunque ya no es la misma, le dio para interpretar María con ayuda de todos los asistentes,  le siguieron la grandiosa Atomic y Heart of Glass para regresar tocar dos covers y cerrar con Dreaming. La grandeza y la jerarquía de la banda se refleja en el total dominio de su estilo. Aunque debo decir que la agrupación se contagió de la gran actitud del público y nos regaló una presentación con gran intensidad y euforia.

Van Rollins.

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