Siempre he pensado que leer es para todo el mundo, a diferencia de otros lectores, yo creo que quien no ha tenido la oportunidad de apasionarse en ello, es porque ha faltado una verdadera oportunidad. ¿Qué leer?, lee lo que quieras, eso no es importante, pero hazlo. Por ahí algún día me dijeron que el dialogo más verdadero se da, entre una persona que escribe un texto y su lector. Tal vez tenga mucho de cierto.

Elegir a un autor para compartir no es sencillo, pero aún más encuentro complejo hablar de una de sus obras en específico, sin embargo, he elegido a Milán Kundera y su Insoportable levedad del ser. Es una novela que llegó a mis manos hace tantos años que debo confesar que he olvidado quien me la recomendó. Gracias de igual manera.

Hay infinidad de cosas que puedes encontrar en el viaje individual de un libro, en este caso en específico le he leído más de tres veces, la historia es de gran contenido erótico es indudable, manejado de una manera tan real y desnuda que sin lugar a dudas el autor nos lleva a experimentar ese triángulo romántico sexual artístico, que sólo un verdadero maestro de las letras y la condición del ser humano puede lograr.

Los personajes de igual manera se defienden solos, Tomás, Sabina, Teresa, cada hombre y mujer con quienes se cruzan van viviendo y perdiendo el camino dejándonos saber de dónde viene cada emoción. En un contexto de guerra y arte, actividades tan comunes en todos los tiempos y tan ajenas a la mayoría que habitamos este mundo, sin tener que experimentar aquello, podemos de alguna manera percibir lo que se vive, lo que se rescata de ello, traerlo a nuestra vida y que nos sirva de algo.

Así que sin temor a equivocarme, hoy puedo recomendarte a Kundera y su Insoportable levedad del ser, acércate a ella.

Por Elisa de la Isla.

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