The National regresó ayer a nuestro país después de casi 6 años de larga espera, y lo hicieron de una manera impecable y convertidos en un monstruo de banda, y es que los estadounidenses que ya cuentan con la nominación a mejor álbum alternativo del año para la próxima entrega de los premios grammy 2018, no dejaron un solo minuto de espacio para el descanso emocional en una noche en la que varios de los asistentes podemos catalogar sin problema como una de las mejores del 2018, sí, aunque apenas sea enero y falten todos los conciertos y festivales del año.

La gente comenzó a darse cita en el Pepsi Center desde las 5 de la tarde, sobre la calle dakota ya podías ver a los true fans modernillos haciendo fila para entrar al evento, mucha bota millennial, mucho barbudo sofisticado con un buen libro en mano y lente de pasta en la fila, parecía un homenaje para ver quién podía parecerse más a Matt (vocal de la banda). Cerca de las 7 de la noche comenzó el acceso al evento que para esa hora sucedió sin problema, no era mucha la gente que estaba en el lugar, pues fue hasta casi las 21:00 horas que el recinto de la afamada bebida de cola de color azul que casi nadie consume en nuestro país, logró el llenó total. No hubo banda telonera así que que nos fuimos directos a este viaje sonoro que nos dejó temblando el corazón.

Fueron minutos después de las 21:00 horas cuando The National apareció en el escenario para ofrecernos casi dos horas de un set que abarcó casi sus 7 álbumes de estudio, escuchamos canciones de su más reciente material “Sleep Well Beast” y  del resto de su discografía. Fue “Nobody else will be there” la elegida por la banda para abrir la noche, notas cálidas y suaves inundaron el Pepsi Center, fueron las exactas para irnos introduciendo en toda esta catarsis que se pudo vivir. Después le siguió “The System only dreams in total darkness” para seguir en la línea del nuevo disco, en ese momento ya se dejaban escuchar los fans cantando a morir, porque nunca es demasiado temprano para quedarse sin voz en un concierto de tu banda favorita. Seguíamos en el mood de escuchar más del nuevo disco, y fue entonces cuando vino el momento de recordarle a Donald Trump el rechazo a las políticas de su gobierno, además respaldados por The National y su canción “Walk it Back” y así fue como llegamos a “Guilty Party” donde más de uno ya estábamos lagrimeando con la potente voz de Matt y esa letra desgarradora.

Hasta ahí podemos catalogar que fue la primer parte del concierto, después de eso comenzó ese viaje por varias canciones de la discografía de la banda y que seguro dejó a sus seguidores felices. Apareció en escena «Dont sallow the cap» para comenzar a mover cabezas desenfrenadas, después vino «bloodbuzz Ohio», «squalor victoria», y la primera gran grieta de nuestros corazones llegó con los acordes de “I need my girl” nostalgia pura se respiraba en todo el recinto.

 

Continuando por el viaje musical nos presentaron inesperadamente «Conversation 16», luego regresamos a su nuevo disco con «I´ll still destroy you», para seguir con la balada más nueva de la banda “Dark side of the gym” que abrió paso al primer momento poco esperado de la noche para los fans, los acordes de «Sorrow» se escucharon y todos quedamos en un shock masivo pero al mismo tiempo no paramos de cantar, aquí pasamos a «turtleneck» y «slow slow» para llegar a la también inesperada «England». Matt nos contó que «Carin at the liquor store» es una canción para su esposa, seguidos llegaron los potentes guitarrazos de los hermanos Dessner con «Day I die», momento sublime combinado con la canción sucesora del viaje “fake empire” y sus sonidos hacían alzar el puño y cantar hasta quedar sin voz, llegamos al punto casi final con «about today» donde seguíamos viendo a los hermanos Dessner en su mejor versión de la noche haciendo magia con las guitarras y su piano, aquí la banda se despidió del publico de la capital del país, para ser coreados algunos minutos y regresar al escenario para terminar de destruir nuestros corazones con un hermoso encore.

Llegó el turno de escuchar un cover de los ramones “The KKK Took my baby away” que le puso el toque rudo y bailador a la noche, un pretexto perfecto que sirvió para enlazarnos con la desgarradora y esperada «Mr. November» el pretexto que todos queríamos para perder la razón con esas notas sucias, elegantes, profundas y cálidas, el sello total de The National nos hacía vibrar en el clímax de la noche.

Para finalizar logramos escuchar Amor Terrible (terrible love), la cual muchos se la pasaron pidiendo todo el concierto y bueno, el momento más intimo y perfecto para cerrar llegó con vanderlyle crybaby geeks, aquí la banda optó por desconectarse y quedarse con instrumentos acústicos, todos los miembros pasaron al centro del escenario para corear la canción junto al público que para esa hora ya eran una locura y mar de sentimientos masivos. Así fue como culminó una noche llena de música espectacular ambientada por una tristeza infinita que se disfrutaba en cada segundo, pero ¿se puede ser feliz a través de ella? Yo diría que sí, y si no me creen pregúntenselo a los miles que se dieron cita ayer en el Pepsi Center, que corearon, bailaron, gritaron, saltaron como si no hubiese un mañana.

 

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