Hay conciertos a los que se va a bailar, otros a los que se va hacer headbanging, a entrar al slam, a cantar el corito de la canciones, pero hay otro tipo de conciertos en los que uno simplemente se para estático frente a la banda y “disfruta” de la atmósfera que genera el sonido. El pasado viernes asistí a uno de estos conciertos: Darkher se presentó por enésima vez en Londres, esta vez en The Black Heart. A pesar de que aparentemente yo era el único miembro del público que nunca había visto a Darkher tocar el directo, The Black Heart estaba completamente lleno en lo que fue un concierto físicamente demandante con una perfecta atmósfera de obscuridad y melancolía.
Darkher es el proyecto básicamente solitario de la artista Jayn H. Wissenberg, quien combina su etérea voz, a veces recordando a Chelsea Wolfe, con lentas melodías en guitarras y capas de riffs doom-metaleros. El resultado es una música muy lenta más enfocada en la atmósfera que en cualquier otro aspecto. El proyecto es más o menos reciente, el año pasado Darkher publicó su segundo larga-duración “Realms”, patrocinado por Prophecy Productions, el mismo sello que nos trae a gigantes como Alcest, Bethlehem, Arcturus, Les Discrets, Lowcityrain y Nhor, por nombrar sólo a algunos. La popularidad de Darkher se ha dispardo desde el año pasado sobre todo entre los círculos metaleros a pesar de que su música no es precisamente muy metalera en términos de enfoque a riffs pesados.
The Black Heart es un venue que se ha convertido en un sitio mítico dentro de la escena metalera londinense. En la planta baja el lugar es un pub y en la planta alta se encuentra el venue. The Black Heart me agrada como pub, es de los pocos lugares en Londres donde uno puede tomarse una cerveza con los amigos cantando clásicos de Candlemass, Sleep, Saint Vitus, Eyehategod y demás bandas de doom metal, de hecho hay una cruz de luz de neón en la barra. El problema con The Black Heart es que hay DJs que en ocasiones traen sets de glam rock y rock clásico, música que fácilmente puede oírse en cualquier pub rockero tradicional. La barra tiene una gran variedad de cervezas y ales, pero los tragos son relativamente costosos para los estándares de Camden. El venue es bastante pequeño, con una capacidad de 170 personas. Es un poco más pequeño que su competencia The Underworld el cual está básicamente cruzando la calle, pero sin mencionar mis malas experiencias en dicho lugar, prefiero The Black Heart ya que, al menos, no tiene una espantosa columna a mitad del escenario.
El evento fue organizado por Chaos Theory, quienes celebraron su octavo aniversario con este cartel y una fiesta extra el sábado en Camden. El concierto comenzó alrededor de 40 minutos tarde, esto es algo que aparentemente siempre sucede en The Black Heart. El cartel para la noche nos traía dos bandas británicas teloneras que para ser honestos nunca había escuchado antes: Soden y Dystopian Future Movies. Aunque esta última aparentemente ha ganado popularidad recientemente, incluso se presentaron en el Desertfest del año pasado en Londres. A pesar de que asistí a los tres días al festival no me topé con Dystopian Future Movies. Soden arrancó el evento con gran violencia después de ahogar The Black Heart en incienso. Se trata de un trío instrumental de West Midlands que nos trajo una enorme cantidad de riffs y fuzz que nos inundaron a través de sus amplificadores Orange. Como siempre, la primer banda telonera tocó frente a muy pocas personas, pero en verdad lo hicieron impecablemente y nos dejaron con un muy buen sabor de oído.
Para cuando la segunda banda en el cartel, Dystopian Future Movies subió al escenario The Black Heart estaba casi lleno. El público estaba integrado en su totalidad por metaleros, lo cual se me hizo algo sorprendente, no sólo porque The Faceless se encontraba tocando enfrente, en The Underworld, sino porque pensaba que Darkher atraería a cierto número de góticos o alternativos en búsqueda de música ambiental. Es parte de la magia de Darkher: cuando invité a uno de mis amigos metaleros al evento me imagino que buscó el nombre de Darkher en Metal-Archives y al no encontrar resultado me dijo “no es un concierto de metal, ¿verdad?” a lo que respondí “no es un concierto de metal, pero tampoco es un concierto de no-metal”.
Dystopian Future Movies suben al escenario y exigen al staff que todas las luces que se usen sean azules, probablemente el color favorito del guitarro. Esta banda de Nottingham, presentó un show impresionate: una buena combinación de fuertes riffs a la sludge metal, guitarras limpias y efectos shoegaze, con un importante número de pedales en ambas guitarras y bajo. La cantante claramente inspirada por Chelsea Wolfe, agrega un elemento importante a la atmósfera que generan en el escenario, creando un post-metal de alta calidad.
Finalmente, Chaos Theory anuncia a Darkher, mientras The Black Heart está ahora completamente lleno, la metalera que se encuentra a mi lado me dice que ésta era la cuarta vez que veía en vivo a Darkher y aun así se encuentra emocionada. Después de que las luces son bajadas Darkher aparece. Sólo dos músicos en el escenario Darkher y un baterista, se trata de Chris Smith, quien ahora reemplaza a Rick Miah, primer baterista de My Dying Bride quien dejó el proyecto el año pasado. Por otra parte, no hubo bajo o segunda guitarra, los cuales suelen ser tocados por el esposo de Darkher. Sin embargo, hay que recordar que Darkher suele hacer presentaciones en total solitario. Darkher abrió con mi canción favorita “Spirit Waker”. La obscura y etérea voz sonaba impresionante, de inmediato The Black Heart se llenó de la más obscura y depresiva atmósfera que haya visto en un concierto. A diferencia de todos los conciertos a los que he asistido en Londres, donde el público suele hablar mucho mientras las bandas tocan, en esta ocasión la audiencia se comportó, pocas personas hablaban mientras Darkher brindaba su obscuridad, el público simplemente nos paramos ahí escuchando el sufrimiento de Darkher, quien no habló ni sonrió al público más que un par de thank-you’s, un movimiento característico de bandas como Sleep. Chris Smith se desempeñó impresionantemente, debido a la naturaleza ambiental de la música, Smith tuvo que tocar con baquetas que en un lado tenían mazas y del otro eran normales. Algo que no me gusta de The Black Heart es que el escenario es tan pequeño que los amplificadores están muy cerca de la batería logrando hacer vibrar la tarola, lo cual crea un sonido molesto sobre todo en conciertos ambientales como éste. Sin embargo, Darkher tiene buena distorsión en los riffs, lo cual logró ocultar esa vibración, lamentablemente esto no ocurrió cuando 40 Watt Sun se presentó en el mismo escenario, ya que su último disco es a guitarra limpia el concierto se vio opacado por la vibración de la tarola.
Darkher no brindó encore, movimiento inteligente, probablemente ella pensó que una vez que ha salido del escenario y ha recibido la ovación del público, toda la atmósfera se ha roto y sería difícil recuperarla en una o dos canciones. Esto también concuerda con la nula interacción con el público. La atmósfera fue tan fuerte que yo simplemente no tuve humor de salir a otro pub en Camden y decidí ir a casa a pensar en lo que he hecho de mi vida. Éste fue uno de esos conciertos que no son sólo para ir a escuchar música sino que te crean un estado mental en el cual el artista logra crear una conexión con el público. Un concierto impecable, probablemente sólo afectado por la más o menos molesta presencia de dos fotógrafos de Chaos Theory, quienes tomaron fotos durante todo el concierto, algo que no es normal pues la prensa suele retirarse después de cierto tiempo establecido, el problema es que The Black Heart es tan pequeño que yo, al estar hasta enfrente del escenario, fui casi golpeado varias veces por las gigantescas cámaras de Chaos Theory, además de que usaban flash, algo que no siempre es del agrado de los músicos y del público. Pero fuera de este problema, cada penny de las 11 libras que costó el boleto valió la pena.
–PABLO CUSTODIO