“You say you want a revolution, well you know”
Minatitlán, Veracruz de la Llave, México. 1998, año preciso de mi primer encuentro con Dave Gahan, Martin Gore y Andrew Fletcher; Enjoy The Silence fue su tarjeta de presentación hacía mí, el beat retumbante del sintetizador hizo mella, llamó mi atención en cuestión de segundos, en seguida un rasgueo sutil y seco, da partida al sonido y ambienta el escenario perfecto para que la voz grave y profunda, haga que disfrutes el silencio. Recuerdo perfectamente bien, la cinta dónde estaba grabada junto con otras 14 canciones que compaginaba en ese mítico cassette titulado “Remember”, me guió a un viaje profundo de las décadas de los ochentas y noventas.
En lo más profundo de mi sinceridad que me permito brindar, nunca me he considerado un ferviente fiel y sirviente seguidor de Depeche Mode, tampoco no soy un inadaptado para no haberlos escuchado con detención.
Hace un año se anunció que el Global Spirit Tour pisaría México, en específico: la Ciudad de México. La algarabía y revuelo no se hicieron esperar, en cuestión de dos horas se agotaron las entradas de su primer fecha, obligando a los organizadores abrir una segunda. 11 y 13 de marzo fue la cita en que los británicos volverían a nuestro país después de 9 años.
El día previsto, el foro Sol mostraba los avances y preparativos para la próxima edición del Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino, pero todo listo para recibir al trío londinense, como si cobraran por el tiempo de uso del recinto y con reloj suizo perfectamente manufacturado, a las 19 horas con 45 minutos se escucharon las primeras notas musicales, emitidas por los eternamentes agradecidos capitalinos de Rey Pila, con un set corto de aproximadamente 30 minutos, no desentonaron y nos dejaron la pila a su máxima capacidad, haciendo que el público dispersara un poco sus ansias, de esperar el platillo principal. Una ligera llovizna nos atemorizó creyendo que sería un recuerdo humedo, pero como si el clima supiera a lo que habíamos asistido, aplacó toda su ira y su rencor y decidió guardarlo para una mejor ocasión.
La puntualidad fue sincronizada con el quinto eje gregoriano, en punto de las 20 horas con 45 minutos y 25 segundos, se apagaron las luces, en ese momento sonó el poderoso riff de George Harrison, propiedad de la políticamente abierta canción “Revolution 1”, para darle paso a la retumbante batería de “Going Backwards”, en mi punto vista es la mejor canción del último trabajo discográfico de la banda a continuación“It’s No Good” se convirtió en el punto de quiebre para mis lágrimas, la emoción y nostalgia que me embargaron al escuchar el sintetizador oscuro y profundo retumbando en mi ser, coreando “Don’t say you’re happy, Out there without me, I know you can’t be” a todo pulmón; conocedores de su público la agrupación siguió con el frenesí al ritmo de “Barrel of a Gun” y “Useless” volviéndose el arma perfecta para el ataque, para mi gusto en el disco “ULTRA” se puede escuchar el poderío y profundidad de la voz de Dave Gahan, donde hasta cierto punto se nota un enorme sentimiento de dolor en cada interpretación y para muestras estas dos canciones (It’s No Good y Barrel of a Gun) y lo dejó plasmado en esta presentación; para los fanáticos más actuales o más sentimentales “A Pain That I’m Used To” y “Precious” hicieron iluminar el escenario y coreando la letra de cada canción. El interludio nostálgico corrió a cargo Martín Gore, con dos de sus más grandes canciones (interpretadas por él); “Judas” y “Home”, donde otra vez fui víctima de la emoción y me permití soltar una que otra lágrima, la letra lo amerita, ambas en versión acústicas y con alto poderío sentimental. Las luces se volvieron a apagar y la imagen de una mujer acostada en un sofá invadía la pantalla, mi primer pensamiento fue “es la de Walking in my Shoes”, pero medio minuto después se oye la portentosa voz de Gahan diciendo “In Your Room”, aquí me voy a dar un tiempo para desbordarme en elogios a la agrupación, la cual dividiré en dos partes; la primera la conjunción y ejecución perfecta con el cual se entregaron en cuerpo y alma en cada una de sus interpretaciones, mostrando sus grandes dotes musicales en el instrumento en turno, llevando una textura de sonido para deleitar el oído; la segunda: Dave Gahan, siempre tuve una percepción y opinión respecto a Depeche Mode, por más talentoso que fuera Gore, Wilder o Clarke no sería suficiente para haber creado toda esta fama, el complemento que es Gahan a este trío de talentoso es abismal, tanto en el trabajo de estudio como en presentaciones en vivo. Gahan no solo es su voz portentosa, es un todo en sí; personalidad, inhibido y dueño de los pasos más hipnóticos de bailes (desde John Travolta). Al final hacen que toda esta experiencia en vivo resulte una bendición haberla vivido. Se preguntarán, o tal vez no, ¿Por qué decidí abarcar los elogios en esta canción? “In Your Room” era para mí, una más de las canciones de ellos, una del montón, coloquialmente hablando, pero la ejecución fue perfecta y el sentido más profundo, a cada palabra pronunciada por Gahan en combinación de un profundo rasgueo de bajo y retumbante batería, qué pasa muy desapercibida en su versión de estudio.
Como era de suponer las canciones más esperadas por la audiencia era la multiversionada pero jamás superada en lo más mínimo;“Personal Jesus”, la emblemática “Enjoy The Silence” y “Never Let Me Down Again” donde todo se volvió homogéneo y parecíamos parte de la agrupación en cada una de ellas, haciendo referencia al nombre de uno de sus discos “Music For The Masses”, me resulta muy desagradable si vas a “escuchar” tu canción favorita por tu artista favorito y la termines cantando tu, pero bueno, en este punto me valió madres y canté en una voz barítono con una frecuencia muy pequeña, casi imperceptible a mi alrededor. Con “Enjoy The Silence” la imagen del cassette Sony 185 tb se me vino a la cabeza, también el portadiscos donde se encontraba el “Violator” con la mítica flor con fondo negro y la lista de las canciones por un lado, ahí también se encontraba el “Music For The Masses”.
Mi parte favorita de la noche, es mi hit y la canción que engloba lo que es Depeche Mode, se trata de la joya “Policy Of Truth”, otra vez, por tercera ocasión y última, me atacaron las lágrimas, mi adolescencia la vi pasar al transcurrir los segundos del tema, el porqué me identifico con la letra y hasta el punto de porque me gusta la música, una retrospectiva que ni Obama podría tener. Y es que para muchos, y me incluyo, “Violator” no solo es el mejor disco del trío (o cuarteto en ese entonces), es uno de los mejores discos de la faz de la tierra, y uno de los que más ha marcado mi paso en esta vida.
Como todo setlist, y más con una Banda que tiene ya una extensa trayectoria, se quedaron en la deriva muchos éxitos que hubiera querido escuchar, como lo son Strangelove, Master and Servant, Just Can’t Get Enough, Dream On, People are People y Suffer Well, por mencionar algunas, pero fue sin duda algo satisfactorio y quedará muy grabado en el anecdotario, con la espinita de haber podido pagar más para verlos de cerca.
“And I thank you, For bringing me here, For showing me home, For singing these tears, Finally I’ve found, That I belong her”