Hi score girl se estrenó hace unas semanas en Netflix; un animé cuyo tema principal son los videojuegos. Si partimos de estas dos primicias puedo entender que mucha gente inmediatamente lo dejará pasar, inclusive estoy seguro que lo tacharán como una pérdida de tiempo, pero esta reseña va dirigida para todos aquellos que se entusiasmen aunque sea un poco con la idea, créanme se va poniendo mejor. Me gusta el animé desde que tuve la capacidad de apreciarlo, pero también he sido selectivo por cuestión de tiempo con lo que me gusta ver, y la verdad es que lo dejé pasar un par de veces en la lista de nuevos lanzamientos debido al estilo del dibujo, muy infantil a primera impresión, esto fue hasta que un buen amigo me convenció de verla contándome un poco de la trama y desde que le piqué play ya no pude despegarme, al final puedo decir que se ha vuelto una de las series que más he disfrutado últimamente, y ahora mismo intentaré  compartir esta emoción con ustedes, sobre todo con aquellas personas que en los lejanos noventas gastaban el dinero de las tortillas para echarse aunque sea una reta en la maquinita de la esquina a pesar del inminente regaño que esperaba en casa, éste es el espíritu de esta serie animada de doce capítulos, la arcadia y ese sentimiento inigualable de poner la moneda en la rendija, apretar el botón de inicio y dejar que ese sentimiento que siempre se conservara infantil nos poseyera; un round, dos, tres, derrotarlos a todos y ser admirado, el mejor de toda la colonia.

La trama nos centra en Haruo Yuguchi jugador empedernido que gasta todos los días lo poco que tiene en las arcadias, mal estudiante pero excelente jugador en cualquier videojuego, sobre todo en ‘street fighter dos’ usando a Guile para pulverizar a cualquier oponente, por lo menos hasta que casualmente se enfrenta a la chica modelo de su clase que representa todo lo que no es él Akira Ono: adinerada, reservada, inteligente y con una habilidad innata para dominar cualquier videojuego que se le ponga enfrente, esto como podrían suponerlo despierta una furia irracional en nuestro protagonista quien se siente ultrajado por ser derrotado de la manera más humillante posible en su primer encuentro: a manos de una llave de Zangief, el personaje más lento y difícil de controlar en aquel entonces dentro de Street fighter, después de varios intentos y de usar artimañas que no se consideran honorables entre los jugadores Haruo obtiene su revancha conservando un poco el título de mejor jugador, a partir de ese momento surge una rivalidad en la cual girará la trama y el futuro de estos dos antagonistas. Yo entiendo que aún con todo esto la historia no se leerá lo suficientemente atractiva para que salten inmediatamente al sillón, como ya supondrán a final de cuentas esta es una historia de amor entre dos chicos de secundaria y es seguro que se encuentren con escenas cursis o de tensión romántica en todos los capítulos y esto puede que los detenga a considerar ver esta serie sí es que ya de antemano se consideran amargados por el tema, advierto, claro que abundan pero también hay elementos que trascienden la obviedad de la trama y su desenlace.

Aunque nunca fui el mejor (ni siquiera de los buenos) en las arcadias, ver Hi score girl me condujo a momentos muy gratos de mi infancia, y creo que eso es importante en la medida de que genuinamente sentí un calorcito en mi pecho al paso de los capítulos de esta serie y avivó aunque sea un poco la dicha en mi existencia, y mi intención es compartirlo con quien se atreva a aventurarse en la nostalgia de aquellos días. Independientemente de que se trate de una historia romántica aquí se analizan todo tipo de videojuegos noventeros con una seriedad absoluta, no es nada más street fighter, también salen por decenas otras franquicias de juegos de peleas como king of fighters, final fight, virtua fighter, mortal combat, darkstalkers y un largo etcétera, no crean que estos sólo se nos muestra en la pantalla mientras los personajes juegan sino que hay un análisis intrínseco de las estrategias que se usaban  para conquistarlos, easter eggs,  quintos, trucos y técnicas para intentar sobresalir en todos ellos; por ejemplo hay una escena en donde uno de los jugadores con más experiencia logra desbloquear por primera vez a Akuma con el código secreto en ‘súper street fighter dos turbo’, y todos absolutamente en el establecimiento de arcade pierden la cabeza entre gritos y alboroto, y es que justamente así se sentía, una sorpresa, una emoción que nos trascendía y que ahora con muchos años por delante se siente tan pura, incluso inalcanzable, ya lo había escrito pero quiero repetirlo, este animé es imperdible para cualquier entusiasta de los videojuegos porque se encarga de retratarlo de un manera fiel y digna, no sólo de todo eso que eran sino también de lo que representaban para los que estuvimos ahí y de su prolongada evolución hasta convertirse en lo que son hoy en día, y bueno, una historia de amor con todo y su cursilería incluida no cae mal de vez en cuando sobre todo si existe un trasfondo como éste, y si se dan la oportunidad estoy seguro que se terminarán encariñando de los personajes. Chequénla y la platicamos, espero que después de verla a alguien por allí también se le encienda un poco más el pecho con la tibieza del recuerdo y se decidan a ir a las salas de arcade que ya están casi extintas, pongan una moneda en la rendija, aprieten el botón de inicio y dejen que ese sentimiento infantil los posea hasta que aparezcan los créditos en la pantalla.

Por Armando Castillo

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