Y después de felicitarte por tu onomástico, después de querer recuperarte, después de querer que volvieras a mi lado, después de incontables noches en las cuales me la he pasado en la intemperie llorando y esperando que escuches mi dolor mientras escucho y te dedico esas tristes melodías que me recuerdan a ti: tu piel, tus ojos,tus caricias, tus abrazos, tus besos, tus labios que se comieron los míos una y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra vez se quedaron incrustados en los confines mas vacíos de mi corazón, en las esquinas mas recónditas donde las balas de otras personas han perforado a este ser maltrecho que te escribe las últimas líneas (hice cuatro poemas mas para ti pero no tiene caso, los quemarías y me los aventarías en furia hecha cenizas por su contenido), después de decirte y demostrarte que me haces falta, que te extraño, que te quiero a raudales a más no poder, después de haberme desnudado el alma y tocarla con tus suaves manos, con esa ternura que me encantaba:

He de decir adiós.

Sólo te diré adiós y sin más me iré. Y en ese simple y escueto adiós se irán contigo todas mis caricias, todas mis ganas de volver a besarte, todas esas veces que me desnudabas el espíritu y me dejaste entrar, a ti, a tu mundo. En este adiós que te doy, te diré que me voy roto. Merezco la soledad por haberla cagado. Por mis celos de ver como te alejaste para estar en compañía de otro (¡¿y qué si es la primera vez en la vida que siento eso!?), y mi inseguridad, por el miedo a que me rompieran el corazón te rechace a mentiras. Sólo no puedo hacerte mierda la vida como lo he hecho con muchísima gente. No te mereces nada de eso. Y ahora ya no te merezco.

Te lo dije, todo lo bonito lo tiendo a alejar. Estoy maldito y me volvió a pasar. Seis años de depresión después me volvió a pasar lo mismo (no pinches perras mames, Oscar). La misma mierda de siempre, de la cual creía que ya no volvería a saber, volvió. Mi ego te alejó, no sé si por miedo o por cariño que te tengo. Y si tu falta de cariño me hace poeta maldito, entonces que así sea. Quemaré al mundo y al amor, te dedicaré escritos que jamás llegarás a conocer. Compondré canciones que nunca vas a escuchar y que nunca me verás tocar. Tomaré fotos y quemaré varias más que tome pensando en lo salvajemente bella y atractiva que eres. Todo lo que pueda dar hasta que el olvido me lleve de la mano a donde no hay nada. Todo lo que siento por ti, todo lo que me hiciste sentir cada que estaba frente a tu piel, a tus ojos cuando me disculpé y solté las lágrimas de lo arrepentido que estaba (tu mirada me derritió como no tienes idea esa tarde calurosa y no sé si fue por que realmente me sentí mal o no sé si solo querías ver hasta dónde llegaba, sólo no pude contenerme a tu presencia), tu recuerdo y a esa maravillosa persona que merece lo mas chido, te digo adiós.

Y me duele este adiós, por que sé que ahí estarás y seguirás existiendo, pero ya no podré acercarme jamas a ti. Ha habido otras despedidas pero valen verga en realidad.

Tú lo dijiste esa noche. Te pregunté si ya no me querías cerca y dijiste que sí. Cuando dijiste habla o escribe, preferí escribir; no quería que escucharas como estaba de ridículamente roto en cada sollozo mío de cuanto me hacías falta frente a la inmensidad del cielo nocturno. Y ahora que ya conozco los límites, me tengo que marchar. A andar solo, realmente solo. Siempre estando con cara «visible» ante el mundo, y todo porque nunca me han dejado ser el salvaje que soy literalmente, a ponerles una sonrisa falsa, a «comportarse seriamente» y las clásicas pendejadas en las que la sociedad siempre va a estar atrapada. Pobre gente pendeja con límites…

Para acabar, en poeta maldito, en renegado de todo me he de convertir, en silencio he de mirar como todos arden en el fuego, sólo observando, siguiendo mi deber de no intervenir para bien o para mal. Ni salvar  destruir. Mucho menos querer si me desprecias. Y en ese fuego se largaran mis recuerdos pero el sentir es eterno. Así que sin más que decirte sobre lo que siento por ti (por que aun pienso en ti):

ADIÓS… (mi amor).

O.S.M.

Posdata: tú lo dijiste. Soy un artista, sí. Y si es necesario, en las artes del combate me he de refugiar de nuevo.

Adiós pues, MPVG.

Por Exmortem

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