Gael García Bernal siempre será un referente del cine mexicano como actor, han pasado doce años desde que nos presentó su ópera prima “déficit” que vaya era un déficit de película.
En esta ocasión Bernal se presenta más experimentado y ya habiendo experimentado en la serie que protagonizó como director, para ser claros hay que resaltar las actuaciones en esta cinta, el humor como convergencia de la trama, Benny Emanuel logra un trabajo excelente, sus contrapartes no se quedan atrás un trabajo de actuación muy por encima de la media mexicana, logran pasar del drama a la comedia con tanta naturalidad como lo es el día a día en cualquier calle/colonia/delegación del DF(si df no somos subnormales como Mancera, todo esto maquillado con una gran labor en la fotografía de Juan Pablo Ramírez, aquí el único elemento que no logra complementar es la historia que nos pone en un punto de esta parcela de realidad pero, nunca llega a un punto preciso en el final que deja una historia que pudo ser más en un buen intento.
Chicuarotes logra resaltar por sus aspectos más primarios lejos de pretensiones y se decanta por la condición humana en su visón más simple, es un trabajo visual muy bien estipulado que pudo ser la gran historia de haber sido mejor contada.