Ari Aster se arriesga con una historia extraña con un sin número de lugares comunes, con resultados mixtos, siniestra y en constante movimiento, tal vez el director esperaba renovar el género o contarnos una historia como “Hereditary”, pero la apuesta es equivocada en esta ocasión Aster logra interactuar con el público y transmitir sentimientos a través de la pantalla. Esta historia de folclore está lejana de ser una clásica historia de terror.

Si “Midsommar” hubiese sido narrada desde los hechos que la protagoniza remembra tal vez habríamos tenido un mejor resultado, bipolaridad, parricidio tiene los tintes para ser una gran drama de horror slasher sin tanto suspenso, lo que resalta a los primeros minutos avanzados de la cinta es lo incongruente que llega a ser, el argumento es que no hay argumento, está narrativa es recorrida por otros cineastas pero a la falta de este último se resuelve con atmósferas y cosas que complementan y alimentan el ritmo de las cintas cosa que no llega en esta, tal vez el terror es poco convencional, pero la realidad es que solo llega a ser incomoda, técnicamente se logra todo lo que la historia no da, los planos tiene cierta cadencia que hacen tolerables los huecos argumentales. Los protagonistas tienen trasfondos interesantes que poco se exploran y bien podrían haber servido para contarnos alguna historia o una buena subtrama alterna para lograr enriquecer el film, pero tampoco se toma esta, ellos hacen un trabajo bueno limitado por la trama. 

El gran valor visual que nos entrega “Midsommar” es desmerecido por lo insípida que es su historia, Aster trata de contarnos una historia con terror pero termina siendo más la aventura de tres chicos en Suecia durante una festividad donde de nuevo el director no sabe cómo cerrar la película.

Por: Jesus Ortega | Cinedeception

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