The Midnight Gospel es una serie que se estrenó hace algún tiempo en ya Netflix, y que a pesar de sólo tener ocho capítulos hay bastante de donde exprimirle, precisamente porque una de las características que la hace única es que se le puede reinterpretar de distintas formas cada vez que se le ve, no pienso tocar aquí mucho de la trama y de ninguna manera dar spoilers sino simplemente mi percepción esperando que más gente se anime a verla. En los últimos años ha habido un auge en la cultura occidental por usar la animación para presentarnos propuestas que se han salido de sus tradicionales distintivas cómicas para ofrecernos, en cambio, tramas y trasfondos cada vez más crudos y que constantemente nos bombardean con cuestiones filosóficas y existenciales, entre los que destacan actualmente en mi opinión son Bojack Horseman y Rick & Morty, dos animaciones excepcionales que han revolucionado (cada una a su modo) nuestra manera de percibir ‘las caricaturas’, porque pareciese que los creadores siempre se exigen ir un paso más allá para seguirle dando complejidad a sus respectivas tramas y personajes. En the Midnight Gospel se darán cuenta con unos minutos que es una potencial precursora también porque inmediatamente se sale fuera de cualquier esquema que hayamos visto en una serie, creando dentro de sus propios términos la forma de contarnos una historia; creo que lo primero que me ocurrió cuando la vi es que inmediatamente tuve que salir de la zona de confort con la que usualmente veo series y que ni siquiera era consciente de que existía, ver el primer capítulo me hizo asegurar esto último, y aunque al principio me costó seguirle el hilo es sólo cuestión de obligarse a poner la atención necesaria para descubrir las maravillas que ofrece en todos sus capítulos; ésta, considero que es la primicia inicial de la serie y a la que hay que acostumbrarse porque no habrá momento de relajación o distracción, a cambio habrá discursos de diversas índoles a manera de conversación, que aunque muy distintos entre sí su meta final siempre será lograr despertar algo en el espectador. Sé que podrá sonar exagerado pero habrá algunos capítulos que indudablemente nos hablaran de manera personal por la peculiar e ingeniosa manera de abordarlos.
Hay una película llamada waking life del 2001 dirigida por Richard Linklater también animada, en la historia el personaje recorre diversos escenarios en donde lo esperan una variedad de personajes para exponer un tema en particular mientras el protagonista tiene que averiguar si está dentro de un sueño o por fin ha podido despertar; y aunque en teoría pareciera que una película de conversaciones va a resultar bastante difícil de digerir, la verdad es que explotan todas las posibilidades de la temática tan bien que no pasa mucho para que uno se intrigue y apasione con cada secuencia que nos van poniendo, sobre todo si a esto le vamos sumando los innumerables elementos visuales que intencionalmente alteran nuestra percepción para hacernos sentir dentro de un sueño todo lo que dura el largometraje.
Pues bueno, dicho esto the midnight gospel toma esta primicia y la revoluciona aún más, así que probablemente no sea la mejor opción si se está buscando ver algo ligero, en cambio quien decida verla debe hacerlo con la curiosidad a tope, sabiendo que de antemano éste será un ejercicio que pondrá a prueba sus sentidos, pero que ese esfuerzo ya viene siendo parte de la recompensa, porque una de sus principales enseñanzas es ayudarnos a recuperar la atención que debe dársele a las circunstancias que vivimos. Una serie más que interactiva es propositiva pero no de una manera forzada, todo se irá dando de forma tan orgánica que cuando llegue el final se quedaran con ganas de más.
La trama es bastante sencilla a primera impresión, Clancy quien es el protagonista, tiene un simulador de universos el cual le permite visitar una cantidad ilimitada de mundos en busca de algún personaje interesante al cual entrevistar para su recién comenzado podcast; durante la mayoría de los capítulos ‘su mente´ viaja dentro de una máquina con forma de vagina, (una de las incontables simbologías que se irán descubriendo o reinterpretando a lo largo de la serie) para irlos encontrando, una vez allí, desplegará cámaras, micrófonos y empezará la travesía para él y para nosotros.
Y aquí es donde viene realmente lo innovador, la serie funciona en cuatro niveles que interactúan a la vez: el primero es obviamente la animación que aunque al principio no pareciera tan detallada vamos descubriendo que ésta no es su prioridad inicial, su misión en cambio es bombardearnos visualmente los más de veinte minutos que dura el capítulo; siempre está ocurriendo algo en primer y segundo plano e incluso en el fondo apenas perceptible, muchas de las veces ésta cumple una narrativa que bien podría funcionar de manera particular apartándose de las conversaciones que van ocurriendo en la trama.
El segundo plano son los sonidos, arreglos y canciones que también juegan un lugar protagónico en la serie, durante el capítulo cuatro Clancy tiene una conversación con Trudy the barbarian en donde recalca la importancia que tienen estos para darle un significado entero a ese mensaje que busca descifrar y por lo tanto también nosotros, en otro Clancy escoge un avatar en forma de arcoíris musical que accidentalmente descubre el complejo ciclo de la vida. Una vez siendo conscientes de esto uno aprende a descubrir y apreciar la importancia que juega todo lo que escuchamos capítulo a capítulo en la serie.
El tercer plano sería la trama en sí con las historias que se van desglosando de ésta; una buena serie que se respete tiene estos tres elementos para consagrase, pero aquí sucede algo que la diferencía de las demás y es que las conversaciones en algunas ocasiones sí siguen ese ritmo en armonía con los demás elementos que componen este universo ficticio, pero en otras y casi imperceptiblemente éstas se escapan de esa ficción para hablarnos de una forma más directa al espectador; los actores que hacen el doblaje están teniendo una conversación que muy probablemente no lleva un guion específico, y que de igual forma sigue una línea que puede funcionar sin los demás elementos, pareciera en ocasiones que la animación se crea a partir de estos diálogos y no viceversa como se acostumbra, éste sería el cuarto plano, la serie estará ‘rompiendo’ lo que es conocida como la cuarta pared; los actores se alejan de sus contrapartes en la pantalla (a pesar de estarlos interpretando) para concentrarse en la charla que tienen uno con el otro por esporádicos momentos de tiempo antes de volver para interactuar con la ficción que los rodea.
Tal vez en este momento no estén para nada convencidos, y lo puedo entender, todo esto debe leerse abrumador pero que se nos exija participar de esta manera tiene sus recompensas; ya expliqué cómo funciona la narrativa en la serie ahora sólo queda que se prueben con los capítulos para ir haciendo sus propias conclusiones, cada uno tiene un tema central del que se partirá; drogas, amor, muerte, meditación, magia, etcétera y de allí cómo cualquier buena conversación se irá diluyendo entre ideas hasta que los diálogos nos muestren a los personajes (o cómo ya habíamos dicho a los actores) viviendo la catarsis progresiva con toda honestidad de por medio, lo verdaderamente hermoso aquí es que nosotros de paso podremos tomar lo que más nos llene de los tantísimos estímulos que nos ofrecen, dos personas podrían ver el mismo capítulo y reflexionar totalmente sobre temas distintos para después compartir ideas y llegar a un lugar en común, tal vez ese sea el quinto plano, sí es que tal cosa existe, tener la oportunidad de llenar esos espacios vacíos con nuestras propias vivencias y reflexiones para después transmitirlo.
The midnight gospel es creada por Duncan Trussell quien también le da voz a Clancy y Pendleton Ward quienes en conjunto fueron creadores de la maravillosa hora de aventura, y que ahora usan toda la experiencia obtenida para volarnos la cabeza con otro clásico que seguramente abrirá un nuevo género en la animación en este lado del charco. Para finalizar quisiera puntualizar no deben ofuscarse sino alcanzan a entender todo a la primera; en mi caso voy para la tercera vuelta y en cada una de ellas trato de concentrarme en algo diferente; en una pasada lo que veo, en la otra lo que escucho y me he sorprendido de todo lo que he podido encontrar y todo lo que me ha hecho sentir, espero de verdad que puedan verla y experimentarla por ustedes mismos para cualquier día de estos platicar de todo eso que vieron y qué tal vez se me pudo escapar a mí. Gracias y nos leemos pronto ¡salú!
Por Armando Castillo Toro