Con anterioridad ya habíamos reseñado a Guayaba Monks por acá, una tarea que esencialmente es sencilla porque sus creaciones no necesariamente siguen la línea creativa de un género, la libertad con la que Alfredo evita esa consigna pareciera ser lo único que une sus canciones, eso y un gusto marcado por incorporar el funk en mayor o menor medida como un sello implícito aunque en ocasiones se vuelva casi imperceptible; usando el proceso creativo sin lineamientos, adaptándose al esqueleto que defina al sentimiento en turno seguramente no con el afán de saltar al género que le siga, sino más bien por el puro compromiso de serle fiel al ritmo interno, o compartido como en este caso, lo que escucharemos no es sólo una una propuesta que busque complementarse con el hilo artístico de Hunab Ku, qué independiente ya nos ofrece un movimiento de vanguardia en la apretada escena musical de Salamanca, sino que con la unión de éstas dos visiones se abre un panorama que ya no necesita de distinciones o definiciones para ser escuchado e idealmente integrado al gusto diario, un paso hacia esa revolución de sonidos que no tarda en dar sus frutos por estos rumbos, que indudablemente ya existe pero que no ha podido hallar el momento correcto para hacerse presente, hasta estos días.

Hunab Ku es un dúo de Guanajuato que disfruta de hacer techno experimental, de aquel que se lleva bien con alguna de esas fiestas anónimas y entrañables de hace unos ayeres que daban la impresión de nunca acabar, DJs que se alimentan de la vibra que se genera en esa oscuridad para darle rienda a la euforia en un ciclo al que era difícil ver su conclusión, así yo los recuerdo, y escuchar esta canción me sorprende y me habla de la versatilidad de la dos partes no sólo para encontrarse en un punto medio, sino para crear sonidos dentro de lo que uno supondría no es su zona confort. 

Luna sobre mi piel, parte de una zona muy confortable y tropical de la electrónica, alimentada por un riff que como antes comentaba proviene de un gusto concienzudo por el funk, una progresión lenta que enseguida recuerda al ‘Ambient’ que consigue fijarse en ese estado liminal de trance, cuyo fin y dificultad es sostenerse hipnóticamente y lo consiguen; esta canción la sentirán como un buen trampolín para empezar a sumergirse, sentir la melodía sin estremecimientos, permitir que la voz suave de la cantante y los sintetizadores se adhieran por dentro, que ayuden a escarbar, a perderse, a enfocarse, el propósito es subjetivo pero el combustible que los conducirá a dónde vayan es lo importante aquí.

También es una canción que se siente como una introducción, tanto para el panorama que se abre en la escena con este tipo de proyectos y circunstancialmente también para continuar en el viaje personal con algo que se le parezca, siento que más que sólo coincidir en este viaje el mismo mood exige que se extienda ese contraste con más canciones, alargar el chill, combinarlo con algún aliciente, tomarse el tiempo de apreciar sus facetas desde el otro lado. Ojalá pronto podamos escuchar más de esta combinación que empieza desde un buen punto, mientras eso sucede también podemos dirigirnos al lado opuesto y disfrutar los matices que nos ofrecen tanto Guayaba Monks como Hunab Ku; disfrutarlos, compartirlos y hacer el ejercicio mental de irse anticipando a lo que sería el resto de ese camino en lo que indudablemente éste termina de gestarse y seguramente sorprendernos.

Relájense y adelante.

Por Armando Castillo

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