Guanajuato era un lugar muy distinto en los 90s, y no me refiero al hecho de que el mismísimo Vicente Fox era nuestro líder supremo en el estado. Cuenta la leyenda que la escena metalera en el Bajío era más grande que las enchiladas mineras. Excavaciones arqueológicas han revelado carteles de tocadas en los 90s en Irapuato, Salamanca y León con alineaciones inimaginables para la generación del Tiktok – Tiamat, Rotting Christ, Entombed, Enslaved y Benediction se encuentran entre los nombres de bandas que aterrizaron en Guanajuato en los 90s. Los Salmantinos cuenta historias sobre un legendario concierto en el que Incantation, Immolation y Acid Bath destruyeron el Salón las Trojes en 1995. El acceso costó 45 nuevos pesos, los cuales te dan acceso a 2 gansitos en el 2022.
En Septiembre, Guanajuato tendrá la oportunidad de revivir un poco de esos gloriosos días con la llegada de un festival metalero con una alineación por demás sorprendente. Candelabrum Metal Fest se celebrará en León los días 2 y 3 del mes de la patria. Es verdad que desde la primera edición del Corona Hell & Heaven, la cantidad de festivales metaleros en el país se ha disparado. Algunos de ellos con carteles que sorprenderían hasta a los fanáticos más underground, por ejemplo el incomparable Total Death Over Mexico. Sin embargo, la mayoría de estos festivales ocurren fuera del Bajío, lo que convierte al Candelabrum en un evento único en la región.
Originalmente organizado para el 2020, este ritual de 20 bandas es encabezado por Overkill y Carcass. El logo de Carcass en el cartel no impresionará a muchos – estos scousers ya se han presentado muchas veces en el país. Ya sea abriendo a Iron Maiden (2009), a Anthrax (2017), en el Hell & Heaven (2014) o más recientemente en el Knotfest (2019), Carcass parecieran ya haber comprado un apartamento en la Doctores. Overkill tampoco son novatos en la cata de tacos de canasta: la leyenda del thrash tocó en las ediciones del 2011 y 2018 del Hell & Heaven. A pesar de esto, el resto del cartel ofrece verdaderas joyas que, aunque algunas ya podrán haberse visto en tierras nacionales, es más difícil topárseles, y tenerlas juntas bajo el mismo techo pareciera imposible. Es por esto que aquí les dejo algunos de los nombres que no se pueden perder en este festival. En orden de aparición en el cartel:
CANDLEMAS: Después de Carcass, ninguna otra banda en el festival ha hacho una contribución tan grande al metal como lo hizo Candlemass. Aunque para 1986, año en el que Candlemass lanza su debut Epicus Doomicus Metallicus, el doom metal ya se había consolidado debido a las enseñanzas de Black Sabbath, Candlemass llevaría el género a un nuevo nivel. La variante ahora conocido como epic doom fue iniciada por el debut de estos suecos. Candlemass agregarían una fuerte influencia religiosa a las letras e imagen del género, influencia que hoy en día es un elemento esencial en estilos como el death/doom, el gothic doom, el funeral doom y el black/doom. A diferencia de Black Sabbath y Pentagram, Candlemass agregaría melodías melancólicas en lugar de riffs con inclinación al blues. Finalmente, Candlemass haría énfasis en el uso de voces operísticas en el doom metal, siendo su icónico, carismático y controvertido cantante Messiah Marcolin el más claro ejemplo.
En el 2018, Johan Längquist, quien fuese el vocalista en Epicus Doomicus Metallicus, regresaría a la banda después de 32 años. Con su regreso, Candlemass se presenta con una alineación casi completamente original (o clásica) – algo de admirarse en una banda que ha estado tocando por 40 ininterrumpidos años. Candlemass tienen un gran respeto por su trayectoria, lo cual se refleja en sus setlists. Pude verlos en vivo en Desertfest 2017 en Londres, con su anterior vocalista, Mats Levén. El setlist incluyó todos sus clásicos y se enfocó en Nightfall (1987) y Ancient Dreams (1988), en mi opinión sus dos mejores discos. Mats Levén bromeó al micrófono “vamos a tocar algo más nuevo… y con ‘más nuevo’ me refiero a algo de hace 15 años”.
MOONSPELL: Para algunos resulta sorprendendente que, de acuerdo a Spotify, la Ciudad de México es el lugar donde más se escucha a Moonspell. En Europa, a la gente se le hace difícil imaginar que México, un paraíso tropical, es el mayor consumidor de la música no sólo de Moonspell, sino de otros como Dimmu Borgir, Cradle of Filth, Therion y qué decir de bandas como Lacrimosa y Haggard, cuyos nombres rara vez son mencionados en el viejo continente. Al parecer los 36°C a los que el Bajío se somete en primavera son perfectos para vestirse de negro y escuchar un buen metal gótico. En México, Moonspell funge como entrada al metal extremo para cualquier persona que se haya despertado un día preguntándose si existe algo más allá de Metallica.
Aunque Moonspell son universalmente más reconocidos por sus dos primeros LPs, Wolfheart (1995) e Irreligious (1996), estos portugueses cuentan con una larga trayectoria que evolucionaría hacia un metal gótico no sólo más accesible, sino, en algún momento, también bastante atmosférico (Darkness and Hope (2001) y The Antidote (2003)). Por supuesto, no esperen escuchar nada del caótico folk/black metal del demo Anno Satanæ (1993) en la intervención de Moonspell en Candelabrum, pero por lo menos el clásico ‘Alma Mater’ deberá sonar cerca del final de su presentación. Tuve la oportunidad de ver a Moonspell este año en Hellfest – un setlist en el que predominó el material reciente de la banda, pero aún pudimos escuchar algo de Wolfheart, Irreligious y Sin/Pecato (1998), con la voz de Fernando Ribeiro intacta, como si los últimos 30 años no hubiesen pasado.
TRIBULATION: Para algunos treintones nostálgicos como yo que todavía escuchan sus CDs de la secundaria podrá ser difícil aceptarlo, pero el metal gótico como lo conocíamos murió hace ya varios años. En mi opinión, en la actualidad sólo existe una banda de metal gótico que se mantiene al día y que es del agrado de los seguidores más jóvenes del metal, estoy hablando de los suecos Tribulation. En esta era de videollamadas y cubrebocas, la escena metalera está dominada por el stoner metal, el metal progresivo, el djent y el black metal. Éste último parece ser el responsable de abrirle el camino a Tribulation, una banda que no sólo muestra una fuerte influencia black metal, sino que parece ser universalmente aceptada por los estrictos seguidores del género extremo.
Pareciera ser una gran responsabilidad para Tribulation presentarse por primera vez en México, un país en el que el metal gótico aún resuena en los oídos de sus seguidores a pesar del paso del tiempo. En Candelabrum, Tribulation ofrecerá a los mexicanos un enfoque distinto al género. A diferencia de los clásicos de los 90s y 00s, Tribulation tiene un sonido más estéril, mucho menos melódico y atmosférico… menos «cursi», se podría decir. A pesar del uso efímero de órgano, los teclados que solían ser el elemento sobre el cual las bandas góticas construían su sonido son mínimos en Tribulation. Algunos podrán comparar Tribulation con la desaparecida banda de los 90s Alastis. Como muchos, Tribulation tiene sus raíces en un estilo más cercano al death metal, lo cual puede oírse en su debut The Horror (2009). Sin embargo, es probable que dicho sonido no se ponga a prueba en Candelabrum – ninguna canción de dicho disco fue ejecutada en la única ocasión que he visto a Tribulation, en Hellfest 2022.
SADISTIC INTENT: Si buscas en el diccionario la definición de “banda de culto”, aparecerá una foto de Sadistic Intent para ejemplificar el concepto. Sadistic Intent es una banda que, a pesar de nunca haber lanzado un solo LP en su larga carrera de 36 años, tiene una influencia que pesa bastante en un género tan amplio como el death metal. Sadistic Intent son considerados parte esencial de la época dorada del death metal: finales de los 80s y principios de los 90s, periodo en el que el género alcanzó la perfección y efímeramente acarició el mainstream. Como parte de tan importante generación, Sadistic Intent salió de gira con los nombres más grandes en el género, incluyendo Morbid Angel cuando éstos se encontraban en la cima en 1990. De manera más específica, en la escena de California, el cerebro de Sadistic Intent, los hermanos Cortez, llegaron a ser miembros de nada menos que Possessed. Sadistic Intent cuenta con una conexión con México que es aun más íntima debido a su cantante original, Enrique Chávez, quien es mexicano. A Chávez se le ha visto recientemente haciendo voces en vivo para los maestros mexicanos Cenotaph.
En Candelabrum, Sadistic Intent viene remplazando a otra leyenda del death metal, pero de la escuela sueca, Grave. Aunque Grave es una banda más reconocida, estoy seguro que el reemplazo con Sadistic Intent alegrará a los más fervientes seguidores del death metal. Me gustaría que alguien confirmara esta información, pero tengo entendido que, en algún punto, Sadistic Intent tocó en León Guanajuato. Recuerdo a Rick Cortez comentándome esto cuando platiqué con él en su tienda de discos, Dark Realm Records, en Downey California.
MIDNIGHT: No hace mucho alguien me comentó en un bar “Este wey de Escocia del que todos hablan, Hellripper, ¿qué le ven? Si quiero oír black/speed oigo a Venom y si quiero algo más nuevo a Midnight”, con un lenguaje más agresivo, por supuesto. Efectivamente, Midnight revive un estilo que para nada es nuevo, pero a diferencia de muchas bandas, ¡Midnight lo hace bien! Esta banda de Ohio logra un sonido más efectivo a través del arreglo de ciertas melodías y la composición de buenos riffs y solos. Pareciera que la mayoría de estas bandas retro se enfocan en hacer un sonido más crudo y básico, mientras que Midnight no le teme a las melodías, recordándonos a clásicos de la época dorada del heavy metal, los 80s. Por supuesto, la música de Midnight es algo predecible, pero también garantiza un buen momento cuando se les ve en directo (una banda más que logré ver en Hellfest 2022). La constante batería a ritmo punk de inmediato trae a la mente leyendas ochenteras del speed como Bulldozer y Motörhead, así como íconos de la primer ola del black metal como Venom, Bathory y Sabbat. El moshpit está garantizado en Candelabrum.
BLOOD INCANTATION: Existe cierto grupo de bandas que abren las puertas de un género a gente que por lo general no tiene interés en dicho estilo musical. En el 2015 todos vimos cómo, con su Sunbather, Deafheaven abrió de par en par las aparentemente impenetrables puertas del black metal, dejando pasar a gente que tal vez ni siquiera sabía quién era ese tal Quorthon del que todos hablaban. Aunque de manera más discreta, Pallbearer hizo lo mismo por el doom metal con Foundations of Burden (2014), Bell Witch por el funeral doom con Mirror Reaper (2017), Turnstile por el hardcore con Glow On el año pasado. Aunque algunos se oponen a esta opinión, considero que Blood Incantetion hizo lo mismo por el death metal hace tres años con su Hidden History of the Human Race. Este LP apareció en las listas de mejores discos del 2019, no sólo de metal, sino de rock en general, siendo el disco apreciado por gente que no está particularmente relacionada al death metal o al metal general, como Pitchfork.
El éxito de Hidden History of the Human Race es bien justificado. No es secreto que el death metal se encuentra estancado, con la mayoría de bandas actuales tratando de sonar lo más old-school o lo más técnicas y brutales posible. Blood Incantation por lo contrario ofrecen una interpretación rejuvenecida del género, con constantes cambios, técnica, progresión e inclusive jazz y post-rock. El secreto de Blood Incantation se basa en el hecho de que esta experimentación suena más sutil y natural, de manera que al alejarse, lo que se admira es un sonido de old-school death metal, no un enfoque avantgarde o siquiera progresivo. Blood Incantation también se deslindan del cliché del satanismo en el género y enfocan sus letras en temáticas existenciales y cósmicas. En general, un movimiento que nos recuerda a la ruptura de cánones que Opeth y Darkthrone hicieron en sus debuts Orchid (1995) y Soulside Journey (1991), respectivamente.
EVOKEN: Sin duda alguna la banda que más llama la atención en este cartel es Evoken. Junto con Esoteric y Skepticism, este quinteto de New Jersey es una de las agrupaciones más reconocidas dentro del subgénero funeral doom metal. Lamentablemente, el subgénero en sí carece del reconocimiento que se merece, convirtiendo a cualquier banda funeraria en una desconocida joya. Tan es así que ni siquiera existe registro en internet de que los pioneros e indiscutibles líderes del género, Skepticism, se hayan presentado en el país. Es por esto que la presencia del logo de Evoken en este cartel es muestra de la atención al detalle que los organizadores han puesto al armar este evento. Es lógico concluir que Guanajuato cuenta con cierto número de seguidores del doom metal más subterráneo debido a la presencia de bandas locales como Supplicium, Doomortalis, Matalobos, Sorrowful y los míticos A Perpetual Dying Mirror. Sin embargo, la actuación de Evoken en tierras nacionales es un evento tan único para los seguidores del doom que un largo viaje a León suena a tarea fácil con tal de verles.
Evoken han creado su propia versión de funeral doom exitosamente. Un obscuro estilo que ha hecho que The Guardian piense que estos estadounidenses son una de las bandas más pesadas del planeta. Aparte de la lentitud y alta distorsión en las guitarras que caracterizan el género, uno de los detalles distintivos de Evoken es el uso de melodías extremadamente lentas y monótonas tocadas con guitarras limpias por encima del resto de los instrumentos. Evoken probablemente tomó este pequeño truco de los australianos Disembowelment. La influencia de Evoken deja una fuerte marca en bandas de funeral doom metal como Catacombs (USA) y de death/doom como Worm (USA), quienes al parecer le dieron la espalda a sus origines black metal después de haber escuchado el demo de Evoken Shades of Night Descending (1994).
A pesar de ser relativamente activos, Evoken no es una banda fácil de toparse en vivo. Tendré la oportunidad de verlos por primera vez poco antes de Candelabrum, en Brutal Assault en República Checa.
— PABLO CUSTODIO
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