Texto: Jesús Ortega
Primero que nada, esperamos que Mark Hoppus, se recupere pronto, que no pasen otros 20 años para que regrese blink-182, y que Tom Delonge, no se vuelva a ir. Porque desde aquella noche de primavera del ya lejano 2004, tenemos un “vacío”, y es que después del homónimo, la lloradera de “I miss you”, y la ida y regreso de Tom; el trio dejo a sus fans en México, en cierta forma: desamparados; por ello el anuncio de que vendrían este 2024 supo a victoria (y no a la cheve).
Es necesario decirles que aún recuerdo que el “Take off pants and jacket” fue un regalo de cumpleaños, en digipack y con sus respectivas rolas secretas, las mismas que años después supe que eran diferentes dependiendo del disco.
Y cómo olvidar cuando nos vino la tristeza por la vez que cancelaron y, ¿Cómo no?, si ya habíamos visto en internet y en México, que Travis tocaba con una pierna rota y un brazo roto; pero la emoción ahí seguía, blink volvería en algún momento del 2024.
Particularmente los de San Diego se manejaron con tono menos serio, pero el día que lo hicieron: a un lado todas las risas y el buen ambiente, todo se sacudió con esos cuatro minutos en los que nos recodaron a aquel chico de 16 años, que se sintió inseguro; porque la inseguridad adolescente siempre ha existido, solo que no había cámaras para grabarnos llorando para miserear algunos likes.
Y es que uno como fan puede pasar de la euforia de “The rock show” a la reflexión con “Stay together”; supongo que en el fondo eso es lo que hacia destacar a blink-182 de las otras propuestas. Solo tengo que decir que nos reunimos todos: jóvenes enojados que se descargaban con el nu-metal, y algunos otros que ironizaban con el sarcasmo de Green Day.
Llego el día “b”, y platicando con un amigo (uno de los muchos con los que compartí el viaje), conté que no me sentía tan emocionado como hubiese esperado, pero ya habíamos pasado la lesión de Travis y como no hay plazo que no se cumpla …, claro que fuimos, ahora como adultos, y con preocupaciones de adulto.
En ese nutrido grupo de 10 personas, iba desde el primo mayor que nos presentó a la banda, hasta el más joven que ni siquiera conoció a MTV con música; pero, ¿Acaso a estas alturas de la vida, eso importa?
Y es que hacia unas semanas habíamos visto a Limp Bizkit subir a un niño a cantar “Break stuff”, porque no se trata de la edad se trata de disfrutarlo; y aunque tal vez los contextos sean distintos, la inseguridad y enojo adolescente siempre seguirá ahí, el rush de 2023 se quedó allá, pero la esperanza de ver a la banda movió a 18,000 personas y eso debe significar algo. Porque ahí estábamos después de las horas en el autobús, en el domo de bronce que aguardo por la tan esperada hora.
Empezamos la última caminata, ya bien comidos y con ánimos nos dirigimos a la entrada, todavía sin entender porque la empresa que organiza te deja pasar solo para hacer una fila; pero bueno, después de más de 7000 días, en poco tiempo estaríamos frente al trio. Yo, en ese momento me entere que el abridor no era el mismo del anuncio del año anterior, y solo pensaba: pero no se cómo no se les ocurrió invitar a Say Ocean.
Eran aproximadamente las 8:45 de la noche cuando el staff se aproximo a colocar stands, a quitar la manta de la esa brillante y preciosa dw con detalles transparentes de Barker. Por fin volvió el rush, las luces se fueron y el logo empezó a aparecer al ritmo de “así hablo Zaratustra” de Wagner, (no el luchador, Richard). Y ya de entre la obscuridad, ante el ensordecedor estruendo de las miles de voces, comenzó el “Tom, Mark and Travis show”. “Anthem part 2” inició la noche, todos saltamos, cantamos y recordamos que tener 16, a veces no es tan seguro; regreso el rush, y aunque no era fin de semana, pudimos pasar el rato con los amigos.
Reglones arriba hablaba del “Take off”, mi primer disco de la banda y por ende, mi favorito, el que tristemente me robaron en la secundaria y recordaba de antes porque en esta ocasión evite ver sus shows en los festivales de Sudamérica; así que cuando empezó a sonar “Feeling this”, todo fue sorpresa para mí, el calor se presentó pero seguimos bailando, brincando y coreando como si fuéramos esos eufóricos adolescentes que estaban descubriendo al 182. Porque a pesar de la creencia popular, soy un ser navideño, pero eso no impide disfrutar “Happy holidays you bastard”, ahí fue cuando se sincero la banda. Qué razón tuvo Tom cuando dijo que Mark era un maldito super héroe, que salió al esenario con todo y una infección y bronquitis. Eso sí que es de punks.
Desde el punto de este servidor, no le falto nada al show; y cuando dijeron “Emo time”, era momento de gritar más fuerte. Porque aunque supongo que en esta sociedad ya no es raro ver un divorcio, hace 23 años cuando empezó a sonar “Stay together for the kids”, aun lo era; y por lo visto después del concierto es una canción con la que la fanaticada conecta, porque Blink los acompaño en los momentos difíciles y es la magia de la música: a más de uno lo hace sentir que no se está solo.
Sin duda la que sí fue sorpresa, fue “Bored to death”; porque se sabe que Delonge no es del tipo complaciente y también hay que reivindicar un poco a Matt Skiba. Ya para esa hora, el calor y las horas de camión empezaron a hacer efecto; y es que los años no pasan en balde; lo bueno es que el segundo aire llegó y de la mano con “Whats my age again?”. No pregunten, pero seguro que la mayoría de los asistentes de esa noche ya no teníamos 23.
La obscuridad volvió, solo se veía la señal de la pantalla cuando una luz cenital ilumino a Tom, quien después de ser hermano y convertirnos en extraños, volvió a hacernos hermanos a todos los ahí presentes, pues la banda se despidió después de un gran viaje en el que dejo todo en el escenario.
La noche del 2 de abril del 2024 fue como dice cierto vocalista de una banda de rap-metal “we party it´s like 1999”.
Así que: Estimado lector entiendo su enojo, fueron muchos años de espera, pero Hoppus se enfrentó al cáncer, Tom casi se desmaya en Perú, Travis sobrevivió a un accidente de avión; así que es una suerte que la banda aun exista. Esperemos que esta vez la espera no sea tan larga; ellos nos entregaron todo ese día en el escenario, pero el público no se quedó atrás.
Y, atención, consejo de vida: la merca no oficial chida es en la lateral al palacio, no compren en viaducto, porque como se puede ver en el “Orgullo pasión y gloria” de Metallica, en México puedes encontrar de todo fuera del recinto, desde la clásica playera, hasta “funkos”.