Air.

AIR no es la traducción de aire del idioma inglés, AIR son las siglas de amour, imagination y rêve (sueño) y en esta ocasión no tiene nada que ver con el gas que rodea a la tierra. AIR es una banda francesa (y en este escrito mi meta será convencerlos para que la vayan a ver o por lo menos que la empiecen a escuchar) que se unió en 1995 justo en las entrañas del movimiento grunge mundial; mientras allá afuera los riffs de guitarras se ensuciaban intencionalmente y las gargantas se rasgaban entonando letras denunciando el absurdo de la vida estos franceses decidieron tomar un rumbo totalmente distinto, probablemente sin la pretensión con la que yo lo estoy escribiendo, arriesgándose a tocar sonidos minimalistas que algunos podrían encasillar dentro de la electrónica, y sí, hay mucho de eso; es el esqueleto de sus composiciones, pero la función en sus mezclas es totalmente opuesta a la que estamos acostumbrados a suponer a que sonará este género hoy en día (ese punchis, punchis interminable) no busca alterar en ningún instante la mente (ni el cuerpo) sino mantenerla en un trance constante con beats suaves y repetitivos, voces delicadas y teclados que van adquiriendo complejidad tan lentamente conforme avanza la canción que es difícil notar su evolución a la primera vuelta y, que tienen la capacidad de arrastrarnos cada vez más profundo en su hipnosis, sus canciones tienden ir de menor a mayor, una electrónica progresiva que va evolucionando mientras se le complementa con infinidad de instrumentos, la mayoría de ellos usados para tocar música un tanto más conservadora, y que combinan muy bien con las intenciones de este par de músicos Jean Benoît y Nicolas Godin que no buscan filtrar esa ira de pertenecer a una generación incomprendida con la música sino simplemente conducirnos por un viaje interno sin postura alguna, tan subjetivamente hermoso. Acá un ejemplo de una interpretación en vivo para que estas palabras cobren más sentido.


Ahora seguramente estarán pensando ¿qué de atrapante tiene el ir a un concierto que en su mayoría es instrumental?, pues bien, por que ellos son los mejores y no podrán encontrar a alguien siquiera semejante en este año para darse la oportunidad de experimentar esa transición (eso suponiendo que no estén ya del otro lado) un concierto de este tipo nos ofrece un goce totalmente distinto que el de la euforia pero igualmente complejo, es una buena oportunidad para darse un recorrido interno con un impresionante soundtrack de por medio. Puede verse bizarro en un principio pero en este tipo de conciertos la gente cierra los ojos y permanece silenciosa, aunque sea su primera vez instintivamente el sentimiento los hundirá o los catapultara dentro de sí según sea su caso y he aquí precisamente una de las particularidades de este tipo de bandas; esa flexibilidad que nos ofrecen para reinterpretarse cada quien, de forma distinta, en cada ocasión que se les vea, no sólo es la música sino el camino que nos construimos escuchándola. Si van a estar en el corona capital no pueden vacilar, tienen que verlos es por eso que están de headliners, por su larga trayectoria y por ese talento para conducirnos de un sentimiento a otro todo dentro de una misma canción. No es el ‘rock’ tan convencional que se va a buscar en este tipo de festivales pero es una oportunidad casi irrepetible para descansar el cuerpo y poner a divagar la mente, les dejo otro ejemplo acá, ¡salud!

Armando Castillo

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