Trainspotting 2.

Hace un rato ya que salió el trailer de la que será la segunda entrega de trainspotting, y a pesar de que para mí me es frecuente sentir total apatía por aquellas secuelas cuyo único fin aparente es el solo el conseguir más dinero con su franquicia, me ha tomado por sorpresa lo que he visto allí, tanto así que sin pensarlo lo he visto muchas veces en mis ratos libres. Al principio creí que se trataba de un entusiasmo pasajero contagiado por la histeria colectiva pero desde la primera ocasión que lo vi renació un sentimiento olvidado que lentamente fue tomando forma, un reencuentro con el pasado sí, pero no sólo eso, era la visión que en aquel entonces tenía del futuro, es difícil de explicarlo pero ese panorama que se abrió ante mí al ver trainspotting allá por el año 2002 permaneció imbuido muy profundo en mi persona, esa posibilidad de tocar esos límites de la experiencia humana no me asustaba en lo absoluto, al contrario, mi versión adolescente se llenaba de intriga y aunque en ese entonces pensaba que se trataba sólo sobre las drogas hoy sé que lo que me motivaba por escoger ese tentativo camino es esa enorme capacidad que éstas nos ofrecen para explorarnos con una tenacidad tan voraz que la destrucción física y mental es inminente, trainspotting fue para mí una posibilidad que aunque se me presentaba cruda y terrorífica no podía dejar de fascinarme. Mi vida no resultó ser tan extremista como las de los protagonistas pero reconocerme desde aquel entonces invulnerable a esa vertiente me ha ayudado a definirme fuera de esos absurdos lineamientos que la sociedad nos impone para sosegarnos, en fin, no quiero entrar mucho en este tema sólo hacerles entender mi contexto. Ahora después de esos dos minutos y medio de duración del trailer tengo esa misma sensación adentro mío, aún conserva esa cualidad de afectarme tan profundamente con tan poco tiempo y con sólo un rasguño de lo que será la historia, y obviamente no sólo a mí, la expectativa que generó fue la esperada por los creadores; toda una generación intrigada que buscará descubrir qué será de los personajes, algunos seguramente alimentados por el morbo y una motivación puritana, esperando presenciar algún tipo de redención o moraleja y por otra parte los que deseamos una justificación objetiva por parte de sus creadores en este caso el director Danny Boyle, el guionista John Hodge y el escritor de la novela en la que se basa el filme (titulada ‘porno’) Irvine Welsh. Yo entiendo que tratar el tema de las drogas en las películas se vuelve en algún punto tedioso por qué casi rigurosamente al final se tiene que convencer a la audiencia de sus estragos, como en la primera entrega de trainspotting o casi por qué yo percibí un respiro, una luz, un vistazo reconfortante para los que elegimos no cuadrar y eso sucede justo cuando Renton logra escapar con el dinero muy a pesar de las decisiones que tomó, la suerte no es elitista, a eso me refiero a esa objetividad que personas como yo buscamos en la secuela, un enfoque auténtico de la vida que elige un ‘jonkie’ (o ex jonkie como se muestra en el trailer) en donde hay bastantes cosas malas pero de alguna forma retorcida también existen las buenas. Hay tanta expectativa por ver el resultado, creo yo, por qué de antemano sabemos que la moral no tendrá un completo triunfo acá, todos tenemos aunque sea un poco de morbo por esa oscuridad por que a todos nos habita y movidos por ella estaremos en las salas del cine esperando una respuesta aunque muy probablemente nos transgreda. Tengo un presentimiento de que esta película tendrá grandes repercusiones, no sólo por su antelación, sino por el significado que le dimos muchos y que esperamos reforzar, para bien o para mal. Ya veremos.

Armando Castillo

 

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