Las campanas del infierno han quebrado el cielo.
El espejo celestial se desborda desde la profundidad de mi pupila y todos sangran, y todos gritan. La maldición de tu nombre ha desatado un completo caos a mí alrededor, sueños africanos detonan y perturban la ya desquiciada mente del hombre infinitivo. Apocalipsis perpetua en tu mirada y todos sangran, y todos gritan.
La segunda campanada viene resonando desde el averno, los ecos despiertan sentimientos malignos y perversos en los sueños de la miserable turba. El Diablo domina cada rincón de esta casa y del universo.
He gritado maldiciones en la noche disfrazadas de aullidos, mis manos piden demolición mientras agitan la sopa de sangre, sudor y muerte que está casi lista, bajo las tinieblas de la noche es vital saborearlas.
Viene la última reverberación, retumbando el suelo entre tus pies se arrastra una víbora de tierra fracturando el concreto de realismo. Penetra el fuego de los suelos y disputa el alma de los terrícolas con los cielos; Protesta el paraíso celestial con estallidos de titán y trazos negligentes de pura bondad…

… Desgracia, tragedia, desastre y fatalidad.
En el abismal sueño no dejan de insistir las campanas del infierno, agitándose con el vigor de la ardiente llama en el corazón del mismo Satanás, mostrando devastación en todas partes y ahora la tierra se ha convertido en tinieblas. Provocando en el hombre un terremoto recorriendo su espina. No hay frontera en mi manera, no hay forma de contenerme, soy el destello de luz blanca mientras los demonios desgarran la noche, pues si el bien está a la izquierda, me sitúo a la derecha.
Los voy a llevar al infierno, Satán los coge o yo los cogeré…
…Que corra la sangre entre los cuerpos tirados ya sin vida, y el rojo predomina en esta escena: Empieza a adornar la vista un cielo cubierto de nubes negras; rayos y truenos incrustando desesperación en las personas. La demencia de la turba corriendo sin cesar predomina en las ruinas, los asteroides que caen del cielo derriban los edificios sobre la estúpida gente que circula a su sombra.
Los demonios han subido a la tierra y matan, las plagas dominan a los rezagados y los devuelven al rebaño justo al matadero. Las bestias hacen brotar sangre como volcán eyaculando…

…Escucha como parte tu alma el choque de las campanas, y todos sangran y todos gritan.

Edgar Paredes.

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