Asistí al Bud Light Hellow Festival 2017 en Monterrey, y mis expectativas fueron complacidas. Aunque como sabemos, no todo en la vida puede ser perfecto y el festival contó con situaciones no agradables, aunque éstas en realidad fueron pocas. Como no me pude partir en varios yo, existirán ausencias en la mención de varias bandas. Bien, trataré de ser objetivo hablando tanto de lo bueno como de lo malo que percibí, haciendo una reseña corta pero rica en información; empiezo con la descripción de lo observado:

El Hellow Festival en su octava edición, se realizó nuevamente en el Parque Fundidora ubicado en Monterrey, Nuevo León. La locación ya de por sí es espectacular y grandísima, de hecho sólo se utilizó una parte para el festival en el que se planeó que participarían 21 bandas tocando durante 12 horas sin interrupción en 4 diferentes escenarios, tres de ellos de tamaño monumental; todo el evento contó con un audio de primera clase, algo muy destacable y que se agradece infinitamente. Asistieron alrededor de 70,000 personas de toda la gama en variedad del Mexicano, “sureños”, gente del bajío, “costeños”, “chiilangos”, entre otros, aunque obviamente predominaron los “norteños”, también por ahí llegué a identificar varios acentos extraños, “espanghlish” incluso, aunque los extranjeros también se notaban en el paisaje.

Ese sábado 26 de Agosto la temperatura alcanzó ¡35 grados centígrados! y la lluvia tan esperada por el paso del agresivo huracán Harvey en Houston, mágicamente brilló por su ausencia, situación favorable para tanto público que sólo se humedeció por el sudor propio, el de al lado o bien por la actuación de alguna banda de su predilección. De hecho una de las maneras en que identificaba al “Regio” de los demás, fue porque ellos, debido a la costumbre, no sudaban como nosotros sólo por estar parados en ese clima. Si algo no me gustó de esta edición del festival, fue que pese a que había varios puntos de distribución de alcohol (10 que observé, al menos) la cerveza resultó medianamente tibia y escasa para los interesados en estar cerca de los escenarios, pues no había repartidores o forma alguna de conseguir bebidas ya posicionado en el público, lo que hacía salirte a causa de la sed y perder tu lugar dentro de la masa de gente que esperaba o veía a una banda, esta situación terrible no me gustaría repetirla nuevamente.

De las 21 bandas programadas, sólo pudieron presentarse 20, Gnash no pudo asistir por la cancelación de todos los vuelos desde Houston a causa del ya mencionado Huracán Harvey, lástima por sus fans, aunque no puedo evitar pensar (sin afán de menospreciar el rap de Gnash) que menos mal que el ausente no fue algún artista principal, como en aquel 2014 cuando canceló Queens of the Stone Age por lluvia (increíblemente pussies).

El acceso comenzó a las 14:30 hrs, empezando con las presentaciones una hora después, pero la primer banda que lo haría, Neon Indian, comenzó cerca de 50 minutos tarde, como sea no decepcionó con su dinámica electrónica pop. Sobre The Horrors, desde el inicio me pareció raro verlo en esa alineación, claramente eran los más” oscuros” y menos “agitados” de todo el festival, pero no me malentiendan (pues me gusta esta banda), me refiero a que rompió un poco con el patrón que tenían todos los demás artistas… que eran bien “prendidos” en el escenario. Aun así, no defraudaron. Alcancé a ver un poco de Kinky, la banda local, a quienes se les notó que estaban con su gente y existió una interacción muy importante entre ambas partes, el vocal Gil Cerezo armó la fiesta en grande con varios de sus éxitos, así como con sencillos nuevos que no había escuchado nunca. Enseguida me moví a donde estaba la escena latina para ver y escuchar el trap de Jesse Baez, el guatemalteco más hípster que he visto en mi vida. Si ya me gustaba, pues ahora me gusta más porque lo he visto en vivo; en realidad no sabía que fuera tan popular, ya que siendo este un evento no estelar, contó con una cantidad importante de público, además que todos coreábamos con él muchos de sus sencillos, especialmente “Apaga la luz”. Después corrí para ver a Sofi Tukker, un muy nuevo (2016) dúo Neo Yorkino que me impresionó con su sesión en vivo, parecía que tenían una amplia experiencia detrás de ellos, recorrían el escenario bailando y tocando a la vez, incluso sus movimientos coreográficos eran contagiosos, casi como su poderoso electropop, un número ya muy elevado de personas los veían. Ya sabía que su vocal, Sophie Hawley-Weld era hermosa, sin embargo no creía que tanto, al punto que verla en vivo causó un impacto estético que jamás voy a olvidar… volviendo al tema, para cuando tocaron su éxito “Drinkee” (adaptación de “Relógio”, del poeta brasileño Chacal) todo el mundo estaba gozando del baile; para cuando terminó esta presentación ya había oscurecido y se sentía un ambiente de desinhibición en los asistentes al festival.

Después fue el turno de los veteranos de mil batallas, Weezer, importantísima banda norteamericana de rock que debutó en 1992. Como rockeros consagrados, no decepcionaron ni poquito con sus clásicos, pero la sorpresa ocurrió cuando interpretaron dos covers de temas ampliamente reconocidos en México “Hey Ya” de Outkast y “¿Quién cómo tú?” de Amanda Miguel (en serio), presumiendo, el vocal Rivers Cuomo de un muy buen español. Después me fui a dónde se presentaría Steve Aoki, el cual no me gusta mucho, pero al ser un imán de chicas, tenía que ir a ese escenario, Steve es un Dj muy especial, tiene la capacidad de comunicarse telepáticamente con su consola y decirle qué hacer mientras él grita, brinca y repite incontablemente “one, two three four!”; eso sí, su performance es un gran espectáculo de luces y llamas impresionantes, sólo que no me dejaba de sentir en un antro fresa en la playa. Después me fui a lo que sería para mí el plato fuerte, Kendrick Lamar, rapero californiano que por primera vez se presentó en México. Lo sorprendente es el furor que causó, parecía un artista tocando en su casa y ante su gente, todo los presentes bailaban y coreaban sus canciones, incluso el afamado orden regio en los festivales se perdió un poco y hubo zonas aledañas al escenario en donde se veían empujones y demás, nada que pasara a mayores problemas. La presentación del rapero fue brutal, el sonido hizo alarde de su calidad con las pistas de Kendrick quien apareció todo el tiempo él solo, sin ningún otro músico en todo el escenario, el cual no le quedó chico. Incluso volvió a salir al escenario dos veces más a petición de la gente ahí presente. Pensaba que lo mejor de lo mejor había finalizado con Kendrick Lamar, pero estaba muy equivocado, pues apareció LCD Soundsystem interpretando “Daft Punk is playing at my house”.

Fue un gran placer escucharlos en vivo, algo que en verdad no me esperaba y sin duda, fue la mejor presentación de todas para mí. Generaron un completo trance en gran parte del público, hacia donde voltearas veías gente con los ojos cerrados, disfrutando y dejándose llevar por esa música tan difícil de clasificar (es como punk, con dance y pop, algo extraño), durante dos horas deleitaron al público con su excelente show y para cerrar cantaron “All my fiends”, para ese punto varios desbordábamos en éxtasis. Para finalizar el festival Dj Snake salió al escenario, pese a ser un reconocido Dj de varios éxitos contemporáneos y una carta fuerte del festival, en lo personal ya poco pudo hacer después de haberse presentado después de los dos monstruos musicales que antes habían participado; no digo que ahuyentara a la gente o me disgustara, sólo que ya no fue la misma emoción generalizada.

El Festival terminó alrededor de las 02:00 hrs y no creo que haya decepcionado a alguien, en realidad me fui de ahí con un agradable sabor de boca y esperando repetir el próximo año.

Texto y fotografía por Omar Elizarrás M.

 

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