La expresión “música del 2007” no pareciera referirse a algo muy distinto a lo que oímos en estos días. En contraste, “música de hace 10 años” nos hace pensar que hablamos de una época totalmente distinta. En realidad vivimos 10 años en el futuro desde que Prophecy Productions tuvo a bien lanzar el primer larga duración de Alcest, “Souvenirs d’un Autre Monde”, con consecuencias que pocos habríamos imaginado en aquellos buenos tiempos…
La escena era muy distinta hace 10 años, la mayoría de nosotros vivíamos nuestras vidas sin Facebook ni smartphones. La decadencia musical ya era inminente, pero aún podíamos ver videos en MTV, el happy punk ya había sido desplazado por el emo, pero el indie rock pronto firmaría la sentencia a muerte a tan criticada moda musical. El metal se encontraba recuperándose de la tremenda crisis vivida a inicios del milenio, bandas norteamericanas como God Forbid, Lamb of God y Chimaira habían regresado los fuertes riffs al gusto popular. Como consecuencia de esto el metalcore se convertiría en una gran moda en esos días, tan popular que bandas como All That Remains y Killswitch Engage aparecían en MTV Latinoamérica, algo completamente impensable en estos días.
Pero, ¿cómo enfrentaban otros géneros más extremos como el black metal este momento de transición? El black metal no parece encajar en la pintura de este segundo lustro del milenio. A pesar de que, como en la mayoría de géneros, a nivel underground siempre existieron bandas ultra violentas y satánicas de black metal puro, la tendencia popular del género desde finales de los 90s había tomado la forma de black metal sinfónico. Esta tendencia encajaba perfectamente en ese entonces, porque, por alguna razón, los metaleros en general se obsesionaron con la música clásica y el gótico durante dicha crisis: a principios de los 2000s las tiendas de discos estaban abarrotadas de lo más reciente de Tristania, Therion, Trail of Tears, Nightwish. Pero hace 10 años con el metalcore, el groove y el thrash ahí afuera, el metal sinfónico había desaparecido y había sido sepultado al lado del metal gótico. El black metal había llegado a una especie de callejón sin salida. Hablando a muy groso modo, en aquel entonces uno podía partir la historia del black metal en dos etapas: la primer generación, liderada por nadie menos que Mayhem, comprendía a las bandas más extremas de black puro, con un sonido crudo y el clásico riff patentado por Euronymous; y la segunda generación, la cual incluía a bandas de black sinfónico, black melódico, death/black. Esta segunda generación parecía haber terminado para el 2007.
Con los blogs de música ya siendo populares en el 2007, la exploración musical era más sencilla. Y en esta exploración, comenzó a rondar entre los blogs de metal extremo un disco que llamaba la atención por su portada: la fotografía de una niña que intentaba tocar un papel enrollado (?) como si fuese una flauta, algo muy distinto a las tradicionales portadas metaleras de la época. Se trataba del primer disco de Alcest, Souvenirs d’un autre monde. Recuerdo muy bien el primer día que lo escuché, le comenté a mis amigos que esa mañana había escuchado el disco de black metal más extraño que jamás hubiese oído. Pero en cierta forma era agradable a mis oídos de metalero purista. Los distorsionados riffs eran claramente de black metal, los mismos que con gran maldad suenan tradicionalmente en el género, pero esta vez eran tocados con melodías que lejos de ser “malvadas” u “obscuras” eran melancólicas, simplemente hermosas; la batería era muy variada, pero blast beats estaban presentes… No había duda, éste era un disco de black metal, pero un black metal muy extraño. Tal vez el elemento que más confusión causaba eran las voces: completamente limpias, no sólo limpias, suaves, lentas, etéreas, se mezclaban con la melodía de los riffs, las guitarras acústicas, las guitarras limpias: este vocalista aparentaba usar su voz como otro instrumento. El contraste era demasiado considerando los gritos desgarradores y agudos omnipresentes en el black metal. El disco creaba una atmósfera de paz, nostalgia y melancolía. Sin entender las letras completamente en francés, uno podía sentirse en medio de un paisaje verde simplemente sentado ahí recordando el pasado. Por lo general, ésta no era la idea que las bandas de black metal querían transmitir.
Completamente confundido comencé a hacer un poco de investigación. Como cualquier metalhead, la búsqueda siempre comienza en Metal-Archives.com. Alcest en realidad había lanzado un exitoso EP dos años atrás, Le Secret. La banda estaba conformada únicamente por una persona: Neige, un chaval francés de apenas 21 años, quien, en ese entonces, sorprendentemente era miembro de una banda que no era extraña para mí: Peste Noire, una agrupación que nunca fue de mi agrado. Pero la mayor duda era: ¿qué etiqueta ponía Metal-Archives a esta música? Bueno, era “shoegaze/black metal”. La investigación ahora se mueve a resolver qué diablos es el “shoegaze”. No recuerdo muy bien si fue en Wikipedia, pero la descripción del género indicaba que era un “estilo de música actualmente considerado difunto, en el cual la diferencia entre el sonido de los instrumentos y las voces no es tan clara”. Los momentos de gloria del shoegaze se habían vivido a principios de los 90s, pero el britpop rápidamente había desplazado el género, el cual terminaría siendo considerado difunto para el 2007. Quiero aclarar que en México el término shoegaze nunca fue popular durante su esplendor y, mucho menos, en el 2007. My Bloody Valentine o Slowdive no solían aparecer en los mixtapes de música comercial. Recuerdo haber visto videos de Sigur Rós en MTV a finales de los 90s, pero no precisamente de sus canciones más “shoegazeras” que pueden encontrarse en Von. Sin embargo, Latinoamérica tenía un representante muy famoso: Soda Stereo, quienes en Dynamo de 1992 entregaron una pieza típica del género. A pesar de esto, el término shoegaze era completamente desconocido para mí en el 2007. Yo, como muchos metaleros, me adentré en este mundo gracias a Neige y a nadie más.
Por alguna razón Neige pensó que no existía una brecha tan grande entre el género violento y crudo del black metal y el muy melódico, lento y etéreo estilo del shoegaze. Al final de cuentas ambos géneros gozan de alta distorsión de guitarras, tal vez sus técnicas no sean tan distantes después de todo. Así, Neige decidió fusionar ambos géneros en Souvenirs. Y lo hizo con toda sinceridad, sin pretensión y sin forzar su idea. En una entrevista publicada hace unas semanas, Neige indica que quiere ser recordado por este disco porque lo hizo todo de manera sincera, simplemente expresando lo que sentía en esos momentos. Así, Souvenirs es una verdadera obra maestra que, sin embargo, fue difícil de digerir para muchos. Las críticas estaban completamente divididas. La escena del black estaba plagada de puristas, para muchos Souvenirs era un insulto al legado de De Misteriis dom Sathanas, llegué a oír comentarios como “¿qué diría Euronymous si estuviera vivo?” o “alguien debe detener esto antes de que crezca”.
Neige inclusive contaba con otra banda que básicamente planteaba el mismo reto: Amesoeurs. Esta otra cara de Neige era un poco más experimental y ya había lanzado otro excelente EP el año anterior, Ruines Humaines. De esta forma, una escena comenzó a crecer. Vendrían otros proyectos similares, Neige envuelto en varios de ellos, como Lantlôs y Les Discrets. Así, lejos de intimidarse por las opiniones divididas, Neige creyó en su idea y continuó adelante, poco a poco ganando seguidores y bandas que adoptaban su idea, hasta que finalmente el término “blackgaze” salió a flote. Algunos expertos consideran que presenciamos el nacimiento de la tercer generación de bandas de black metal, las cuales tienen influencias no metálicas, no limitadas únicamente al shoegaze: en la actualidad el black metal se mezcla con el post-rock, el rock alternativo, el drone, el ambient, el folk acoustic, entre otros, con resultados que han abierto las puertas del black metal a no-metaleros. Como prueba basta ver el nombre Deafheaven en muchos festivales de música alternativa, incluyendo el Corona Capital Fest. Bandas como Wolves in the Throne Room, Fen, Liturgy, Clouds Collide, Myrkur, Panopticon, A Pregnant Light, Sylvaine, ColdWorld, Sun Worship, Ashbringer, solo por nombrar algunas, forman parte de esta nueva generación de open-minded black metallers, englobando etiquetas como “post-black metal”, “atmospheric black metal” y “blackgaze”.
Tal vez sería injusto decir que todo esto fue puramente consecuencia de Souvenirs: el post-rock ya no era agua para el aceite del metal. Bandas como Isis, Neurosis y Cult of Luna habían incorporado exitosamente elementos post-rock a su agresivo sonido sludge y hardcore. En el black metal no todo era violencia, el subgénero “depressive black metal” ya estaba establecido hace 10 años. Inclusive, previamente existieron metaleros que en la crisis del metal de inicios de los 2000s abandonaron el género para experimentar con shoegaze, el ejemplo más claro es The Loveless, cuyos miembros provenían de Saturnus. Justin Broadrick, ex-miembro de Godflesh y Napalm Death, también había experimentado con shoegaze en Jesu. Pero, una banda que seguramente preparó el camino para Alcest fue Agalloch, quienes en el 2002, con The Mantle, habían creado un back metal con fuertes influencias post-rock que sin duda alguna tenía un sabor muy diferente a lo que se oía en la época. Hay quienes consideran que el black metal atmosférico puede rastrearse hasta los 90s con Ulver. Sin embargo, no podemos negar que Souvenirs es una idea muy diferente que, desde que vio la luz del día, cambió la mente de muchos metaleros (incluyéndome) y que el número de bandas que se atreven a romper los cánones del black puro se ha incrementado exponencialmente desde entonces, siendo esta técnica y el término “blackgaze”, cosas comunes en la escena actual.
Volviendo al 2007, es interesante recordar la situación en la que se encontraba el shoegaze, con Slowdive, Ride, Lush y My Bloody Valentine separados y sus tumbas empolvándose en el olvido. Hace 10 años, cuando me adentré en esta escena encontré las ruinas de un género en ese entonces dirigido por bandas sinceras y humildes que se movían en círculos completamente underground motivados únicamente por la nostalgia. En la escena de aquel entonces figuraban bandas como Airiel, The Daysleepers, Amusement Parks on Fire, The Fleeting Joys, Whirl (cuyos miembros posteriormente formarían Deafheaven) y una banda más o menos desconocida en aquellos días: M83. Ahora que vivimos 10 años en el futuro presenciamos el lanzamiento de discos nuevos de Slowdive, Ride y My Bloody Valentine. The Brian Jonestown Massacre inclusive encabezó el festival Nrmal este año y tuvimos el enorme privilegio de ver a Slowdive cerrando la edición del mismo festival el año pasado, algo completamente inimaginable hace 10 años. Sin embargo, el obscuro mundo hípster ha tomado el control del shoegaze, montones de bandas nuevas con poca inspiración y mucha pretensión pueden encontrarse rellenando las lineups de festivales alternativos. Pero, por lo menos, el género goza de buena salud. Una pregunta atrevida es si Alcest tuvo alguna influencia en este resurgimiento de un género que se consideraba difunto cuando Souvenirs salió a la venta. Muchas bandas actuales de shoegaze y post-rock marcan a Alcest como una de sus influencias y las contribuciones de Neige al género aparecen como sucesos importantes en la historia del género en Wikipedia. En el 2014, poco antes de que Slowdive volviera a la vida, su guitarrista y cantante Neil Halstead hizo voces de invitado en Shelter, el único disco no metálico de Alcest. Tal vez estas sesiones terminaron de convencer a Neil sobre la necesidad de revivir Slowdive.
Es el 2017, es el futuro, Alcest ha publicado 4 excelentes álbumes de estudio después de Souvenirs. Ahora el blackgaze es un subgénero especializado dentro del metal. Muchos metalheads se aventuran a oír bandas no-metaleras con la condición de encontrar buena distorsión, melancolía o, tal vez, violencia en las canciones. Los no-metalheads se atreven a oír bandas de metal, no exclusivamente black metal: The Body y SubRosa sorpresivamente aparecen en las lineups de festivales de música alternativa. Souvenirs planteó un reto al metal hace 10 años, ahora pueden leerse comentarios en Youtube de gente que se arrepiente de no haber aceptado este disco cuando salió a la venta, ahora todos somos 10 años más viejos, tal vez ahora todos tenemos la capacidad de valorar esta obra maestra…
-PABLO CUSTODIO