Elliott Smith (o en realidad Steven Paul Smith) fue un músico, compositor y cantante Estadounidense (estoy pensando mientras redacto esta línea que es necesario ponerlos en contexto si es que no conocen su historia, Smith murió clavándose un puñal dos veces en el pecho, justo en el corazón, en este escrito me empeñaré en hacer un homenaje a su persona sin que esto afecte de ninguna forma la gran consideración que tengo sobre él) y que vivió una niñez complicada lo que hoy en día tristemente no es algo fuera de lo común, esto sumado a su temprana perspectiva de la vida lo iría convirtiendo en el complejo artista que fue al momento de suicidarse, su padrastro lo maltrataba y su madre se mostraba indiferente a esto lo que aumentó considerablemente sus tendencias introvertidas, de adolescente se fue a vivir con su padre quien le regaló su primera guitarra y fue aquí donde decidió cual sería su camino, esa unión con la guitarra perduraría toda su carrera; es hipnotizante ver alguna actuación en vivo y dejarse llevar por la voz y las cuerdas que se complementan una a otra con armoniosa cadencia, sus presentaciones carecían de pretensión eran sólo él y su guitarra, tenía un repudio natural a la fanfarronería del estrellato justo como su contemporáneo Kurt Cobain pero a diferencia de él enfrentaba esta contradicción con una timidez que le era difícil de ocultar y no con el cinismo que caracterizaba a nirvana (elegí esta comparación por que el móvil del suicidio entre los dos fue el mismo), de adolescente tocó en muchas bandas pero fue en solista donde consolidaría su estilo; Sus principales recursos eran la guitarra acústica, algunos riffs de eléctrica, piano, el constante uso de la grabación multipista donde usaba su propia voz en diferentes escalas para darle más profundidad y armonía a sus melodías y por supuesto sus letras oscuras, que no eran otra cosa que una honestidad desbordada de una visión turbia de la vida donde planteaba en casi todos los casos problemas existenciales, depresión, la adicción (más nunca habló de las drogas que eran para él dos cosas bastante distintas) y el desamor, pareciera que su «corazón» nunca pudo recuperarse del todo de su primer rompimiento, Elliott planteaba tan particularmente estas circunstancias que no tardó en llamar la atención en el mundo discográfico, ese estilo lo han catalogado dentro del folk pero el mismo no le otorgaba parámetros definitorios a sus creaciones, pero es sencillo darse cuenta si se le escucha un poco que su territorio es un abatimiento constante y en ocasiones desesperado que se refleja no sólo en las letras, sino en los acordes, en la voz que se quiebra intentando alcanzar una nota, en una entrevista que dio en 1998 a Gerardo Cartón comenta sobre esto.

«La gente lucha interiormente contra sí misma todos los días, la gente parece tan caótica por dentro, pero cuando uno se filtra a través de un disco o un libro… indirectamente se convierte en algo que puede ser entendido. Parece que si la gente no se comunicara, no podrían entenderse en absoluto a sí mismos».

Después de dos discos en solitario (Roman Candle y el homónimo) se empezó a colar en la escena local gracias a que su música contrastaba con el estruendoso movimiento grunge de la época, aunque al final alegaba que compartían la misma vida excesiva una vez abandonados los escenarios; el objetivo siempre fue el mismo que muchos músicos contemporáneos a él aunque el aproximamiento y la interpretación se dieran de una forma muy distinta. Para 1998 se le pidió que colaborara para el soundtrack de la película good will hunting donde compuso la inédita ‘miss misery‘ que llegaría a estar nominada como mejor canción para los oscares y que finalmente perdió contra la canción de Titanic de Celine Dion (no desperdiciare tiempo en buscar el título de la canción ya que todo ser humano la conoce) a Smith aún así se le pidió que la interpretará su canción en la ceremonia situación a la que se negó en un principio ya que le resultaba incomodo, dijo después, interpretar para un grupo de personas a los que genuinamente no les importaba su actuación, el sello discográfico presionó, o la tocaba él o tendría que elegir a algún músico de su preferencia para cantarla, al final no tuvo remedio; salió al escenario él y su guitarra, el cabello graso, una actitud ausente y la mirada perdida entre la multitud y a pesar de esto le valdría el reconocimiento que siempre se negó a convencerse que perseguía, Elliott Smith se convirtió por poco tiempo en una artista de talla mundial.

Ese mismo año cambiaría su disquera por dreamworks records un gigante de la industria donde pudo experimentar con más instrumentos y tecnología de audio, en este lapso alcanzó la cúspide de su carrera, coinciden muchos especialistas, se mostraba entusiasta y se mantuvo limpio del alcohol y drogas después de ingresar a un centro de rehabilitación y esto se reflejaba en su música que se volvió más eufórica y en algunos casos hasta optimista (en esta racha grabó XO y figure 8), pero no duraría mucho, pareciera que que la fama a largo plazo le resultaría contraproducente, una falacia que no pudo asimilar y que lo obligó a refugiarse de nuevo en su zona de confort en donde finalmente podía sentirse él mismo, sufrió una decaída de la cual ya no podría salir, en las pocas presentaciones que dio en ese entonces salía aturdido y constantemente el público tenía que gritarle las letras de las canciones (en el siguiente link pueden comprobarlo), legítimamente lo intentaba pero el abuso de la heroína le nublaba la mente, hablaba constantemente del suicido y se negaba rotundamente a contribuir con su disquera para su siguiente disco.

De nuevo la presión fue tan intensa que decidió alejarse y grabar en solitario lo que sería su último trabajo ‘from a basement on the hill‘ que hace referencia precisamente a esa necesidad de alienarse y es a la vez una declaración abierta de una persona que se admite cansada de luchar, sus expectativas siempre menguaban una vez que estaba apunto de alcanzarlas, un desenlace utópico, ilusorio, todo el disco está rodeado de una atmósfera de derrota hermosamente homenajeada, en la canción a passing feeling escribe.

«My request for relief,
down the dead power line.
Though I’m beyond belief
In the help I require
just to exist at all.
Took a long time to stand
Took an hour to fall
».

Este disco que se estrenó póstumo se le omitieron varias canciones a petición de sus familiares por su alto contenido depresivo que después se filtrarían de todas formas en internet, entre ellas están true love, suicide machine, abused, etcétera, aún así con las que restan es fácil intuir el estado de ánimo de Elliott, hay una canción titulada «A distorted reality is now a necessity to be free» y como menciona el título habla de la imperiosa necesidad de estar drogado para experimentar cierto grado de libertad. Poco después de acabar el disco tuvo una pelea con su novia Jennifer Chiba y ella se encerró en el baño, cuando salió vio a Elliott tirado en el suelo con un cuchillo dentado clavado en el pecho, esto sucedió en octubre del 2003 tenía treinta y cuatro años, él eligió este momento como el preciso para arremeter contra la miseria que nunca le dio tregua, el climax de un sentimiento inextinguible, clavó dos veces el cuchillo en su corazón y murió desangrado en su casa, eligió partir de una forma tan contundente y a mi gusto tan poética y con esto pudo recuperar al final el control de su existencia que hace mucho consideraba perdida por las drogas, la depresión y la presión de la fama.
El lanzamiento de from a basement on the hill tuvo dos reacciones; por una parte se le considero la obra maestra de Elliott y por otra se le llenó de una aura mórbida debido a la mala publicidad de algunos periodistas que encontraban en este disco el testamento de un suicida que podía fácilmente ser emulado por las mentes jóvenes, y en cierta manera así lo fue, así que tú lector si no tienes la costumbre de apreciar la belleza y el arte que proviene de sentimientos mal vistos como la angustia, la incertidumbre o la desesperación no hay nada que puedas encontrar en el legado de este artista, sí por otro lado estás buscando a un magnífico trovador para ambientar alguna tarde gris, un poeta cuyas letras parecieran en ocasiones describir la impotencia de no sentirse correspondido (en todos los niveles) y que en su búsqueda de alivio llegó realmente a colindar en esa línea tenue que convierte el dolor en otra cosa, lo que quiera que esto signifique, que cuente entre rimas y acordes la historia de una pelea cuyo resultado ya sabemos de antemano pero que sirve de vivo testamento para los que seguimos aquí aún peleando con el peor enemigo que pueda existir; nosotros mismos, entonces deben de darle una oportunidad a su música y degustar ese sentimiento agridulce que ayuda a contrastar los momentos buenos de los malos. En un post it dejó un pequeño mensaje antes de morir:

«I’m sorry, love Elliott. God forgive me».

Por Armando Castillo Toro.

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