Reseña de un evento en particular, dentro de un Festival en la preciosa ciudad de Guanajuato el sábado 13 de Octubre de 2018.
El Festival Internacional Cervantino es el evento artístico y cultural más importante de México y probablemente de América Latina, después de 46 ediciones ya se ha consolidado como tal, y participar en él se ha convertido en un deseo para diversos artistas. Su oferta en artes escénicas la hace ocupar un lugar especial entre los festivales más importantes en su tipo a nivel mundial. Música de diversos tipos, desde rap hasta ópera, el teatro callejero y las producciones a gran nivel, la danza experimental y el ballet, las artes plásticas, la literatura y los medios audiovisuales ofrecen un gran abanico de posibilidades al visitante, una amalgama de universo cultural muy amplio y diverso. Los invitados de honor este año han sido India y Aguascalientes, y evidentemente dicho festival toma el nombre de la universal obra del novelista, poeta y dramaturgo Miguel de Cervantes Saavedra, el ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
El evento particular que platicaré es la actuación de la Mala Rodríguez en la Alhóndiga de Granaditas. “La Mala” es una rapera española con una profunda ascendencia gitana lo que sumado a varios factores hacen de su música muy peculiar, ha colaborado con muchos artistas, desde los flamencos como Raimundo Amador y Estrella Morente, la cantante pop Julieta Venegas o diferentes raperos como Tego Calderon, Nach, Calle 13, Vico C, SNACH, Sdfk, Ariana Puello, Kaydy Kain o Kinder Malo, entre otros.
La Alhóndiga de por sí es un lugar lleno de historia y “magia”, en la explanada se monta un escenario en dónde frente a éste se adaptan poco más de cinco mil personas como aforo y detrás de ellos el edificio en el cual se luchó fuerte por primera vez en la larga etapa de luchas por la Independencia de México en 1810, a los costados queda enmarcado por típicos edificios Guanajuatenses en los cuales la gente ocupa las azoteas para tener una vista privilegiada en la mayoría de los casos.
En la presentación actuaron cuatro personas solamente, DJ Swet, montado sobre dos tarimas blancas sobre escenario negro, dos bailarinas llamadas Ámbar y Sonia, las cuales mediante vestuarios blancos y una serie de coreografías llenas de energía, complementaron perfectamente a la artista principal, La Mala Rodríguez, la cual saltó al escenario en un vestido corto con una abertura en la pierna derecha, cabello lacio, un par de tacones de similar tono y una actitud sobresaliente. En ese momento más de uno, incluyéndome, sintió algo muy parecido al amor.
Una hora diez minutos duró aproximadamente el show, pese al típico grito mexicano de “¡Otra, otra, otra! no hubo tiempo extra, aún así no decepcionó a nadie. La Mala cantó todos sus éxitos, desde sus más famosos como “Por la noche” , incluyendo “33” la que es probablemente su canción más ruda, también interpretó sus primeros hits como “La niña” y “Yo marco el minuto” la cual resaltó como una de las primeras que compuso, grabó y significó algo para ella, lo que junto a su despido y agradecimiento le dio un toque emocional al evento. La Mala con su actitud y letra denota una fuerte tendencia feminista y brinda empoderamiento incluso a las mujeres en el público, una escena agradable para mí fu ver una niña con el brazo roto bailando con sus hermanas mayores coreando “¡Mala!” durante una canción, en la que también hacían lo mismo un par de señoras de avanzada edad, aunque no tan avanzada como su actitud y alegría. Lamento no haber tomado fotos de ninguno de estos casos, pero hubiera sido de lo más imprudente, creo.
Sin duda este evento fue uno de los favoritos de todos a los que he asistido en la Alhóndiga, valió la pena el viaje a Guanajuato.
Por Omar Elizarrarás.