Los sonidos nativos estadounidenses contienen un alto grado de melancolía y sentimiento, una prueba tangible de esto, es el Blues,  los intensos riffs compenetran e invaden al cuerpo para conjeturar a un nivel exponencial; así también se puede constatar en otros géneros como el Folk, Country y totalmente rítmico Gospel. Para mediados de la década de los setentas y principios de los noventa, la diversidad cautivó a un sin fin de músicos, con la intención de llevar esos sentimientos a un nuevo sentido, a esto se le denominó, o se catalogó, con el nombre de “Americana”, algo lógico para el contenido que mostraban, pero se vio truncada con la explosión noventera y la generación X, donde el género quedó simplemente arraigado en los nativos americanos.

En la actualidad algunas bandas se atrevieron a atacar las listas de popularidad retomando estas bases. Blank Range asumió el reto, y con este su disco debut, logró posicionarse y trascender más allá de la amada república de los hamburguesas y hotdogs. Los nativos de Tennessee, utilizan todas esas enseñanzas de antaño, buena base de sonidos generales de rock norteamericano, en combinación con el sello distintivo de la voz aguardentosa para resaltar aún más el feeling de la propuesta musical, haciéndonos recordar esa época de dorada estadounidense; donde los grandes músicos como el pionero y gran talento, Gram Parsons, así como los inicios de Bruce Springsteen con la E Street Band, en la consolidación del género como tal. Por esto y muchas cosas más, son una de las bandas a seguir esta próxima edición del Corona Capital, el cual,  nos abre hacia nuevos horizontes en estas nuevas reencarnaciones musicales, para poderlas palpitar de cerca.

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