“Quisiera ser monumento para que la gente se indigne cuando esté descuartizada o me falte la piel”
Después de que, en el día de ayer, ocho de marzo día internacional de la mujer, salieran millones de mujeres a protestar en todo el mundo, pareciera que lo importante es la suma de daños hacia monumentos e instalaciones.
Una vez más el patriarcado que rodea las redes les quitan la voz a las mujeres que han tenido que salir de su casa a gritar la inconformidad, el miedo y la impunidad que existe hoy en día en nuestro país.
Mientras medios internacionales señalan como las mujeres de este país están haciendo historia con uno de los movimientos feministas más grandes y concurridos del país; por nuestras redes circulan imágenes del teatro Juárez grafiteado con símbolos de la mujer y comentarios de “vandalismo, eso no se vale y la señora que limpia que culpa tiene”.
El día de ayer participé en la marcha que se llevó a cabo en la calle Zaragoza de la ciudad de Salamanca Guanajuato, acudí alrededor de las siete de ma noche para iniciar con mi playera morada y símbolos feministas en puño y cara. No pasó mas de 5 minutos cuando mujeres de todas las edades y estratos dejaron a un lado sus diferencias y empezaron a ponerse de acuerdo para gritar “no estamos todas, nos falta Nadia”. No pude ser parte de los primeros gritos pues se me rompió la voz y entré en llanto, y es que en pleno día que se conmemora la lucha que por años las mujeres han estado llevando, amanecemos con la noticia de que matan a balazos a una hija, amiga y miembro de nuestra comunidad. “Eso sí no se vale, eso es feminicidio, ella que culpa tiene”.
Comenzamos en alinearnos y a invadir la calle para cerrar el paso, mientras caminábamos gritábamos, yo al menos con llanto y nudos en la garganta, “señor, señora no sea indiferente, matan mujeres delante de la gente” haciéndose más fuerte cada que pasábamos por zonas donde había mayor número de personas como espectadores, quienes curiosamente eran mujeres acompañadas de hombres que paseaban por el centro con singular alegría comiendo su elote un domingo por la tarde.
Seguíamos caminando y no podía contener las lágrimas de toda la gente que exigía justicia, que gritaba el nombre de su ser perdido y de todas exigiendo seguridad y justicia, pero sobre todo, exigiendo que el sistema cambie.
Al llegar a la plazoleta el movimiento se instaló alrededor del busto de Don Hidalgo, colocando una pañoleta verde sobre el cuello y acompañada de una cruz con el nombre de Nadia, todas comenzamos a dejar nuestras veladoras y pancartas con exigencias de paz, justicia e igualdad. Organizadoras del movimiento salmantino colocaron una manta con pintura roja simulando sangre con el titulo “SALAMANCA FEMINICIDA”.
Después de palabras muy emotivas y un minuto de silencio en nombre de Nadia, comenzaron a hacer un espacio para todas con micrófono abierto para quienes quisieran expresarse o hacer una denuncia abierta. Leyeron poesía, dieron mensajes de optimismo y de la importancia de estar unidas, junto con información para educarnos y hacernos más fuertes. Interrumpidas por el estúpido baterista haciendo sound check en los conciertos que organiza la casa de la cultura en la misma plazoleta, comenzó a disminuir la participación pues era difícil seguir escuchando la información. Una vez más la insensibilidad y la falta de interés que nos rodea nos está chingando.
El evento culminó con una invitación a todas las mujeres a iniciar el cambio en ellas mismas, pues requiere leer y educarse de todas las formas de machismo que existen para poder identificarlo y luchar contra él. Acompañado de un abrazo grupal, cientos de mujeres volvieron a regresar con miedo a sus casas. Pero esto no terminará aquí, terminará hasta que veamos un cambio.
Por Sofía Milantoni