Hoy les traemos la reseña de un EP que pensamos que les resultaría interesante, Shame es una banda del sur Inglaterra, lo que se darán cuenta de inmediato debido al fuerte acento y la característica marca ‘britpopiana’ en su sonido, si a eso le suman una influencia de aquel ‘art rock’ casi escénico que nos dejaron bandas como Talking Heads nos da como resultado un híbrido bastante interesante, y cuya definición no le hace justicia siquiera para empezarlo a describir; uno de los aspectos que más me impresionó de esta banda es que pueden cambiar drásticamente la manera en que suenan junto con el sentimiento que buscan externar, una banda que ignora la rigidez de los géneros autoimpuestos y se maneja dentro una bipolaridad bien marcada; del confort del indie a la desesperación ‘punkera’ que se va haciendo de capas sonoras , pareciera que estas dos facetas son el discurso del álbum, intercalarse entre estos dos sentimientos y conducirnos por una montaña rusa de experiencias.
Entonces, se podría decir que al hacerlo también se amplía el espectro de las personas que podrían escucharlo, la ventaja es que con la entrada de esta nueva década cada vez menos gente se preocupa por seguir los estrechos lineamientos de los géneros y hay un gusto común por descubrir y disfrutar las incontables variaciones que van surgiendo entre estos, la experimentación se volvió parte de la corriente y no una etiqueta extra. Hay canciones que sin duda dan un guiñazo al indie de los ‘dos mil’, y no puedo dejar de pensar que en ocasiones tienen la misma vibra que la banda australiana the Vines como ‘water in the well’, y otras en donde la energía se desborda y sin problemas pueden acoplarse para ofrecernos un math rock preciso y furioso como en ‘harsh degrees’, un álbum multifacético y hasta se podría decir que prodigiosamente ejecutado cuando se lo requiere, y cuando no, todos los instrumentos se dan su espacio para no acaparar ningún protagonismo; no abusar de los recursos musicales más que en el momento preciso nos habla de esa flexibilidad para transmitir sentimientos bien específicos con su música.
Drunk Tank Pink es una manera maravillosa para arrancar este año, un nuevo enfoque del indie que no teme volverse escabroso, cinco chicos con una visión fresca y un tanto atormentada de la realidad con una facilidad técnica para comunicarlo, una voz que se apropia de la irreverencia de estos tiempos, del cinismo con el que el que en ocasiones buscamos alejarnos o el enojo con el que los combatimos; mas desesperación que protesta pero igual de destructivo para quien ande buscando una buen manera desahogarse. Tal vez lo único contraproducente de este álbum de Shame sea precisamente esa incapacidad para ser predecible, y como en ocasiones se volverá estruendoso si se es fanático del indie tradicional, o bien, viceversa si se está buscando un álbum más atascado en cuanto forma y ejecución, sino es así seguramente lo van a disfrutar o por lo menos hallarán interesante esta serie de fusiones.
Los dos tracks recomendados:
Snow Day: Con esta canción, tercer sencillo del álbum, me di cuenta de la capacidad musical de esta banda, impresionante como se pueden ir sumando de elementos de manera tan natural hasta alcanzarse todos en esa progresiva explosión, una muestra de los límites que Shame puede alcanzar tanto de manera individual como banda cuando les da la gana hacerlo, o cuando el mensaje detrás lo amerita.
Harsh Degrees: Tal vez debí elegir otra canción para que tengan buena referencia del contraste del que escribía pero no pude dejar de ponerles esta joya perfectamente ejecutada, en lugar de desenvolverse con la progresión aquí no hay descanso en estos tres minutos hasta que tocan la última nota, un ejemplo de ‘math rock’ con la esencia destructiva de estos jóvenes y talentosos ingleses.
Por Armando Castillo.