El spoken word siempre ha sido un recurso para dar inicio a un cambio abrupto en la canción, un parteaguas en donde el vocalista decidía darle paso a alguna narrativa para buscar crear más empatía al sentimiento que nos dirigía la letra, en otras palabras es una pausa para salirse intencionalmente de la tangente, una declaración larga y escabrosa que ayudaba a darle más sentido al sentimiento en turno. Por estos rumbos del habla hispana no es nada raro escuchar de vez en cuando estas declamaciones, sobre todo en la música que escuchaban nuestros padres o abuelos, recordemos a los ángeles negros o el grupo bryndis quienes generalmente remataban su canción con una confesión que terminaba de darle ese último rasgón a la herida.
De ahí en adelante actualmente ha sido muy difuso e incluso mal visto el atreverse a perder la rítmica con ese propósito, en cambio la voz se ha ido ajustando para que se asemeje cada vez mas a un instrumento y haya más posibilidad de jugar con la armonía de las creaciones, pues bueno, dry cleaning hace exactamente lo contrario y después de escucharlos uno se da cuenta que lo más seguro es que no sea una apuesta intencional sino que el uso de esta narrativa se da de forma tan natural que sólo se han dedicado a perfeccionarlo a través de sus lanzamientos; con dos ‘EPs’ y muchos sencillos new long leg vendría siendo su primer álbum completo, uno que ya está dando bastante de que hablar desde su lanzamiento, no sólo es la crítica especializada sino que es sencillo darse cuenta desde la primera vez que se les reproduce que no siguen los parámetros musicales a los que estamos tan acostumbrados, su vocalista Florence Shaw no canta en ningún momento, sólo se dedica a recitar lo que pareciera ser pedazos de conversaciones totalmente aleatorias; hay rumores que dicen que toman estas letras directamente de comentarios de YouTube y otros que creen que sí hay un proceso de composición previo, a final de cuentas es el resultado el que importa y aquí hay una genialidad desmedida de por medio, y es que conseguir ese equilibrio entre palabra y melodía no debe ser para nada sencillo pero aquí así lo hacen parecer, la versatilidad de Florence es increíble, no sólo el memorizar y hacer encajar todas estas letras sino el poder modular su voz para recrear distintos sentimientos en el proceso es una combinación que nos tomó a todos por sorpresa, eso y la furiosa guitarra de Tom Dowse contrastando de manera impecable con riffs de post punk e inclusive de neo psicodelia en sus partes más salvajes, habilidad que resalta sobre todo tocando en vivo, ese equilibrio pienso es lo que hace de dry cleaning una propuesta que se siente tan fresca, tan sorpresiva e impredecible, y es que pareciese que con la música que se está gestando en la actualidad no es necesario recurrir al estruendo de una voz para imponerse musicalmente, en este caso es el discurso sinsentido lo que genuinamente genera esa sensación de desconcierto, y aunque algunos podrían decir que esto es síntoma de una ausencia de creatividad algunos otros lo verán como un recurso para abordar la creación musical sin los parámetros de la narrativa usual, y no es que no los haya, detrás estos discursos aislados hay un subtexto que no sólo hay que descubrir sino también darle un significado particular según se le vaya explorando, de mi parte podría decir que lo que sostiene a esta banda es un aura de decadencia y de un hartazgo caótico intencionalmente oculto, pero puede que me equivoque porque la abstracción que viene después ya es cuestión personal.
Este álbum entonces es descubrirse descubriendo a estos ingleses, no sólo escucharlos sino formarse una opinión de si esta mezcla en realidad funciona o sólo se lee bonito en teoría, en la primera parte podrán notar un énfasis por la estridencia, los sonidos logrando mantener las vibras destructivas y Florence haciendo lo suyo empalmándose de manera perfecta, conforme avanza es descubrir qué tantos matices puede dársele a este estilo particular hasta pasar a la última parte del álbum en donde se va sustituyendo esa energía desbordada por canciones más lentas, en donde el ritmo del bajo toma todo el protagonismo y la voz va bajando de tono, se vuelve en ocasiones casi un susurro pero sin nunca perder esa capacidad para denotar los diversos sentimientos (que todo el tiempo van cambiando dependiendo de que entonación requiera el discurso). Probablemente ésta sea la única falla que perciba en este excelente álbum, el cambio tan brusco de intensidad hace que cada una de las dos partes se vuelva un tanto monótona y parecerá incluso repetitivo, aunque yo lo veo como un bajón necesario por el cual debemos atravesar y que intencionalmente funciona para explorar cada polo de esta banda. La última canción, every day carry, se nos plantea con una lentitud exagerada pero mientras transcurre se va haciendo implícito que es sólo el augurio de un ascenso, una progresión que en el momento indicado se desborda y se va descomponiendo como si toda la canción fuese un conjunto que al final termina encontrándose a sí mismo, un desengaño a las clasificaciones y a la fragilidad de sus componentes, este track no sólo apunta el camino hacia futuras devastaciones sino que en esos últimos momentos todos sus elementos dan todo de sí cumpliendo con creces esa extraordinaria tarea de encajar sus piezas.
Es increíble presenciar todo esta serie de sucesos que se están dando en la escena Londinense, esa sensación de escuchar proyectos que inmediatamente desencajan con las supuestas predicciones no tiene comparación, hoy con este álbum estamos en la cúspide del estilo de dry cleaning y aunque no me gusta ser pesimista en los aspectos musicales también están en una encrucijada, el seguir por la línea experimental puede que los aleje de esto que los define como pasó con Idles y también el mantenerse demasiado estáticos puede acarrear críticas contradictorias, pero en fin, en este momento hay que disfrutarlo y entretenernos más, los dejo con uno de los mejores álbumes en lo que de año, new long leg.
Canciones recomendadas:
New long leg: el primer sencillo ‘scratchcard lynard’ funciona como una excelente introducción, pero quería darles otra opción aparte de ésta para que se vayan acercando a dry cleaning, aquí encontrarán un poco de esos elementos que la definen para después moverse a algo más tranquilo o directo a lo calador.
Every day carry: De esta canción ya hablé mucho allá arriba, es la conclusión de este álbum que empieza intencionalmente suave para terminar apuntando hacia la dirección impredecible que esta banda ya nos dejará en algún futuro no tan lejano.
Por Armando Castillo