Lamb es una película que desde el trailer pareciera que su objetivo principal es alborotar la curiosidad del espectador, sin rodeos, el tema central es a la par un punto crucial de donde parte la trama así que discutirlo es entrar a una zona que pareciera estar llena de spoilers aunque no lo sea así, supongo que más bien es imposible ser sutiles a la hora de lidiar con una historia como ésta, porque se nos insinúa de golpe desde que vemos el avance; la trama va de que hay una pareja interpretada por Noomi Rapace y Hilmir Snær situada en lo remoto de algún lugar de Islandia que se dedica a criar corderos, y uno de estos repentinamente da a luz a lo que pareciera ser un híbrido de este animal con un humano, el papel del espectador aquí es averiguar si en un principio esto es real y si es así porque sucede, y cómo va afectando a los personajes.

A diferencia de otras películas del estudio A-24 que se ha ido consagrando por producir largometrajes icónicos del horror psicológico moderno (como Middsomar o hereditary),  la sorpresa aquí no se va desenvolviendo con la historia hasta descubrir cuál es ese factor sobrenatural que altera la supuesta la cotidianidad de los personajes, en Lamb partimos de ese conocimiento y esa progresión caótica se invierte, el caos buscando normalizarse; esto hace que por momentos el desenlace se vuelva lento, los personajes están profundamente conectados no sólo con la naturaleza que los rodea sino también con los animales que adquieren un protagonismo implícito que cada vez va cobrando más relevancia, la espera por la conclusión puede volverse larga y se corre el peligro de que ésta ni siquiera sea tan impactante como la primicia en sí, ya saben un bebé mitad cordero el cual es recibido como un hijo genuino por unos esposos.

Esta película es la ópera prima del director ruso Vladimir Jóhansson, un comienzo arriesgado con partes rescatables y que trae detrás de sí una atmósfera de hermoso surrealismo a la que nos tiene acostumbrado la productora A-24, pero que no llega a ser suficiente para considerarse una de sus obras destacables; eso sí, la fotografía es impecable junto con la actuación de sus contados protagonistas que aunque hacen papeles ejemplares con lo que tienen a la mano están escritos de tal forma que es imposible crear alguna empatía con ellos, se sienten todo el tiempo extranjeros y sus acciones son difíciles de justificar aún sabiendo que se trata de una obra de ficción sobrenatural, llega un momento en donde todo se vuelve plano y lo único que queda es esperar por ese desenlace que le termine de dar sentido a las casi dos horas que dura la película, momento que a mi parecer jamás llega, y es difícil explicarlo porque cualquier dirección que tome mi argumento ahora podría considerarse como un spoiler así que mantendré muy básicas mis conclusiones; no es una película mala pero no creo que llegue a catalogarse como horror, tal vez podría ser algo más parecido al suspenso psicológico si es qué tal cosa existe, la idea central generó bastantes expectativas pero creo que fue por esto mismo que el resto de la historia queda opacada, es difícil mantener el ritmo y el interés cuando se comienza con una revelación tan impactante sin que ésta termine cayendo eventualmente en algún lugar común que desesperadamente intente justificar la trama justo al final de la película, ya ustedes me dirán si éste les hace coherencia o es que tal vez llevé mis expectativas muy lejos.

Intenté irla a ver en alguna sala de cine pero sólo la estaban proyectando en León con un horario único lo cual es un poco frustrante ya que no hay más remedio que recurrir a la piratería para acercarse a este tipo de producciones, pero mejor, así ustedes no gastan de más y pueden juzgarla desde la comodidad de su casa con un buen bajón y la sustancia de su predilección para agudizar los sentidos. Salú.

Por Armando Castillo Toro

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