Liberar un sencillo después de una década de inactividad, por supuesto que evoca el obvio e intenso trabajo creativo de una banda, y esa presión que precede la difusión, sobre todo si de quien estamos hablando es Austin TV; quien no sólo es grupo icónico para toda una generación, sino que en sus años de ausencia dejó legado que de a poco fue imbuyéndose de un progresivo misticismo, alimentándose por lo que dejó atrás, y por su abrupta (y lo que parecería hasta hace unos días) irremediable separación.
Así que sin duda tendremos: por un lado al público que seguramente buscará que se le dé continuidad a aquel legado esperando un sonido bien particular que avive la nostalgia por aquellos días, y por el otro quienes esperan que se refleje en estas nuevas canciones los cambios y experiencia de los integrantes de Austin TV, para que el sonido se acople mejor al estilo impredecible de estos tiempos. También estará, seguramente, quienes disfrutaron de su música en aquel entonces y suponen que el género murió con la banda y ya se han movido a distintas propuestas. Llenar tantas expectativas y la responsabilidad que trasciende cualquier proceso creativo por éstas, por supuesto que vuelve bastante entendible el que la banda haya optado por la tranquilidad del anonimato por tantos años, antes de comprometer todo eso en lo que se han convertido para tanta gente hasta el día de hoy.
Y entonces; después del mito, y del revuelo de su repentino regreso, ¿Qué es lo que hay detrás de la sorpresa y del nombre?, ¿Qué nos dice este nuevo sencillo?
A pesar de la ausencia del fenómeno que llegó a ser Austin TV, el post rock es un género que no ha envejecido como mereciera, no sólo nacionalmente, sino que desde su auge a finales de los noventa y principio de lo dos mil, cuando fue perdiendo popularidad y sobre todo seguidores, debido a que, a diferencia de la mayoría de sonidos que se iban imponiendo con los años, la progresión de éste siempre se mantuvo lenta a la par de su desenlace. Aceptémoslo, las canciones son largas aunque bien trabajadas y casi en su totalidad suelen ser temas sólo instrumentales; y a pesar de esto, actualmente en el país sigue habiendo exponentes muy talentosos que le han dedicado años y energía de sobra para que éste se mantenga vigente: De Osos y Polar Dream son algunos nombres nada más, pero son bandas que han sabido llevar el sentimiento clásico y melancólico del post-rock no sólo en sus trabajos de estudio sino también en cualquier tipo de escenarios a lo largo del país. Y es que no ha sido sencillo para ellos y seguramente tampoco lo será para Austin TV en esta nueva etapa, pero creo que aquí se presenta una gran oportunidad para reconsiderar las maravillas de este género y que éste vaya tomando más fuerza y adeptos.
De la orquídea y de la avispa tiene todos los elementos para considerarse una gran pieza de post-rock, incluidas las particularidades que hicieron grande a la banda, como lo es el monólogo existencial a media canción que contrasta bien con el flujo introspectivo de la melodía, el cambio abrupto entre progresión y explosión repentina casi al final de ésta, acercándose momentáneamente a tiempos que se usan en el doom pero cuyo recurso tiene la finalidad de darle más complejidad a esta narrativa auditiva cuyo transcurso es lineal, intencionalmente accidentado y que bien podría asemejarse a una historia contada de otra manera.
En lo particular estoy emocionado por el sencillo, siento que es una canción que pudo haber estado en cualquiera de sus álbumes pasados y que puede funcionar perfectamente como puente o introducción para lo que Austin TV nos tenga preparado, aunque también puedo entender que para muchos se sienta como un intento poco arriesgado para comenzar a redefinirse…; y también se respeta, porque a final de cuentas cada quién tiene su propia versión de lo que vivió con esta banda, pero no hay que olvidar que lo que hizo que ésta fuera una de las mejores propuestas de hace diez años, es justamente que sus creaciones independientemente de dónde se les quiera catalogar, se sienten genuinas, y esto puede corroborarse en la pasión con la que nunca dejaron de interpretarlas en vivo. Y De la orquídea y de la avispa se mantiene centrada dentro de lo que siempre les gustó hacer y en donde siempre les gustó estar, así que eso debe bastar para mantenerse vigentes independientemente de lo que cualquiera piense o diga.
Y bueno, por ahora tal vez sea muy pronto para preocuparse por el panorama completo de lo que vendrá, como banda y como influencia para la actual escena mexicana, y tal vez no estaría de más reconsiderar este sencillo sin que el elemento nostálgico juegue de por medio, ver si nos mueve e intentar complementar la narración melódica con el trasfondo que nos define ahora, tal vez en el mejor de los casos, irse conciliando con el género una vez más.
Por Armando Castillo