La escena peruana es realmente impresionante. En los dos últimos años hemos tenido el privilegio de acercarnos un poco más confraternizar y conocer más de la música independiente y de culto del país de los incas y déjennos decirles que en cualquier momento podrían convertirse en un referente regional, es solo cuestión de tiempo.

Dentro del gran lote de artistas y bandas que conocimos en la última temporada, Grita Lobos ha llamado nuestra atención al ser un proyecto casi sin similares dentro de su propio país. La excelsa amalgama de sonidos electrónicos del under han construido una identidad bastante inusual pero prominente. Al googlear su nombre, otros medios de prestigio nos dan la razón: es un acto al que debemos seguir.

Luego de publicar tres álbumes: Grita lobos! (2012), Katalaxia (2017) y Katalaxia Remixes (2021), este 2022 finalmente presentó su cuarta entrega ‘Ainbo’, un notable trabajo cuya carga política, activista y feminista ha buscado revalorizar el nombre de diversas mujeres pioneras en muchas artes, oficios y destrezas mentales a lo largo de la historia, desde el nombre que significa «mujer» en el dialecto shipibo-konibo proveniente de la selva peruana.

Varias de las canciones del álbum cuentan con colaboraciones de artistas peruanas como La Zorra Zapata, Ati Lane, Silvana Tello y Budapest. Además hay aportes en los créditos técnicos de productoras electrónicas como Ale Hop y Maribel Tafur. También hubo voces de Olinda Silvano y Silvia Ricopa, ambas artistas shipibo-konibo que cantaron en su lengua materna. Cada pista está inspirada en mujeres destacadas que estuvieron en las sombras o menospreciadas por el patriarcado a lo largo de la historia, destacan algunos nombres como Katherine Johnson, matemática afroamericana cuyos cálculos de la mecánica orbital facilitaron los vuelos espaciales tripulados; Utako Okamoto, científica japonesa que descubrió el tratamiento para la hemorragia posparto; Miguelina Acosta, primera abogada peruana, activista anarcosindicalista y maestra que luchó por los derechos de las mujeres, los pueblos amazónicos y la clase trabajadora; u Olivia Arévalo: nativa Shipibo-konibo, defensora de los derechos culturales y ambientales, artesana y sanadora, este último track cuenta con un videoclip.

“Ainbo” transita por el electronic body music, darkwave, dream pop, IDM, ambient y conceptrónica. El álbum suena muchas veces como si cantaran dirigiéndose desde la cima de una montaña. Recomendamos su escucha de principio a fin, sin interrupciones.

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