Lo que están apunto de escuchar, antes de intentarlos conducir subjetivamente en este reseña, es un punk nómada que tiene años de refinarse; las mentiras cotidianas es el proyecto solista de Bangladesh que sólo o en compañia ha pasado en su progreso musical por varios géneros, por varias ciudades y obviamente por varias experiencias que se fueron desglosando finalmente en este proyecto; uno que mezcla la tristeza y el cinismo como trasfondo principal de sus creaciones, eso y una compulsiva insatisfacción por conformarse, por lo menos musicalmente hablando puedo asegurar, el objetivo es sostenerse del proceso creativo para sobrevivir, lo demás puede o no funcionar, ya que lo verdaderamente importante es darle forma a los convulsiones existenciales para exorcizarlas con toda la rapidez posible, antes de que inevitablemente se acumulen para darle paso a algún vuelco depresivo que vaya a saber uno si será el definitivo, entonces, aunque la base de este proyecto sea principalmente acústica, la intención es incitar la autodestrucción, la personal primero y la de quien se apunte después; como cualquier otro proyecto que use el ruido para alimentar el movimiento, manifestar la inconformidad va primero y la estridencia en segundo plano, al fin y al cabo punk desde las trincheras.

Entonces, 348 semanas es un sencillo grabado en algún punto entre los cerros guanajuatenses, donde vino a desembocar más por coincidencia que por conveniencia esta melodía, junto con un conjunto de letras que bien pueden apropiárselas desde cualquier lado; el punto de partida ya lo que expliqué, (inclusive personalizándolo de más), y lo que sigue después es una composición que juega entre etéreos; entre el vacío de las letras que se tratan siempre con cinismo y un ‘lo fi’ que contrasta bien con el sentimiento del absurdo, a la mitad una voz que se desvanece detrás de las notas, que se amorfa, cómo con el obvio desinterés de quien quiere que se le escuche a medias, tanto porque todo ya está dicho como porque bien se sabe que la misma música nos habla de descensos de una manera más contundente. Una opción que seguramente les sonará fresca, y que bien sirve para combinar con algún periodo gris de le existencia pero que a la par extrañamente está repleto compulsiones creativas para sostenerse e hundirse intermitentemente.

Por Armando Castillo

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