Una sesión más escogida con suma atención para satisfacer su búsqueda del bajoneo selectivo, esperamos les gusten las propuestas semanales, y recuerden que todo se irá vaciando en la lista de Spotify que incluiremos al final, salud.

Spring – Rites of spring

La rola de apertura del único LP, homónimo, que lanzó en los ochenta esta banda, en opinión de muchos, fundadora del emo, encabezada por el inquieto Guy Picciotto.

Frescura, distorsión y vitalidad desde el primer instante.

Conillon – KMFDM 

Uno de los gestores que se dieron la tarea de delimitar el industrial de la peor manera posible, que en este tipo de casos es también la mejor, aquellos géneros que nacen del revolcarse en la suciedad metafórica justo en las delimitaciones de su respectiva generación; este sencillo de KMFDM se los traemos desde 1986, un infiernillo de sonidos metálicos que nació en alguna zona oscura de Francia para sumarse al cambio de la era tremendamente existencial que se avecinaba.

The phone works both ways – The jazz june

Himno jovial, ansioso, a una ruptura amorosa. Nuevamente una rola de una de las bandas que contribuyeron a estructurar una de las ramas del punk que quedaría bajo la etiqueta de “emo”, por el uso de voces limpias y la apertura confesional característica de sus letras. Especial atención a la forma en que la canción revienta en el minuto 2:50.

Wildfires – SAULT 

Los orígenes de SAULT son inciertos, hay rumores que es un colectivo proveniente de Inglaterra cuya principal determinación es hacer música que proteste en contra de las imposiciones de un mundo enfermo; uno de los mejores álbumes del año pasado por la cantidad de recursos hermosamente cohesionados para sumarse a los himnos de esta revolución tardía, en este caso mucho soul y gospel para su viaje. 

Killed by an angel – Sunny day real estate

La mitad de esta selección está compuesta por rolas del emo previo a la descarada mercantilización que sufrió el género.

Esta rola captura la angustia apocalíptica que envolvió la década de los noventa y la amargura de una juventud que no halló ninguna de las promesas que el mundo le había hecho.

Lucifer Stand – Cindy Lee 

Un recorrido totalmente degradante cuya progresión va haciendo más grande el agujero para recostarse con comodidad, siete minutos de auto reconocerse bajo un loop que con cada vuelta se va llenando de nuevos elementos hasta culminar en la desesperación, tal vez esto no sea lo suyo pero siempre es bueno experimentar los límites para descubrir si no hay algo interesante por esos lugares; un álbum que cumple un año y que en todos sus rincones se nota una perseverancia detallista y genuina por calarse en los huesos. 

In reverie – Saves the day

In reverie, álbum del que se desprende esta rola homónima, fue el cuarto que sacó esta banda y supuso, además, su primera producción en el sello de DreamWorks records. Sin embargo el ensueño fue efímero: la discográfica apenas dio publicidad al disco y muchos de los seguidores de la banda desaprobaron el cambio radical en su sonido: abandonando la rusticidad trepidante del punk para acercarse a melodías sofisticadas y agridulces.

Mines – Donzii 

Estoy muy emocionado con esta obra de arte contemporánea del delay depresivo, medio post punk medio ganas de tirarse de un puente. Donzii es una banda de Estados Unidos con un tiempo impecable para musicalizar la fatiga y apatía de esta existencia, rásquenle en su música y hallaran un lugar en común para extraviarse en las madrugadas. 

The recluse – Cursive

Una línea de bajo memorable y la cadencia del violonchelo constituyen la base de este canto al infinito vagabundeo romántico de un narrador desconcertado por la ausencia de asideros, la sucesión de lechos intercambiables en los que despierta.

Ttt – Michelle Blades 

Como punto final de esta partida un vuelco a la mesa, terminemos en alguno de esos lugares revientacerebros que ya cuesta definir, TTT es obra del acervo nacional (y panameño) que Michelle Blades nos ofrece como muestra de apertura a una época que toma lo que le plazca para evadir delimitaciones, eso sí la intención sigue siendo vibrar en la cabeza como la psicodelia de cualquier época.  

Por Andrés Klingberg y Armando Castillo.

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